lunes, 31 de octubre de 2011 | | 0 comentarios

6 de Noviembre

Domingo XXXII

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Sobre la santidad

NOVIEMBRE


* Toda la historia de la Iglesia está marcada por los Santos y Santas, hombres y mujeres, que con su fe, con su caridad, con su vida fueron los faros de muchas generaciones, y lo son también para nosotros.



*¿Qué quiere decir ser santo? A menudo se piensa que la santidad es un objetivo reservado a unos pocos elegidos. La santidad, la plenitud de la vida cristiana no consiste en  realizar empresas extraordinarias, sino en la unión con Cristo, en vivir sus misterios, en hacer nuestras sus actitudes, sus pensamientos, sus comportamientos.



*¿Cómo puedo recorrer el camino de santidad? “Los seguidores de Cristo, llamados por Dios no en razón de sus obras, sino en virtud del designio y gracia divinos y justificados en el Señor Jesús, han sido hechos por el bautismo, sacramento de la fe, verdaderos hijos de Dios y partícipes de la divina naturaleza, y, por lo mismo, realmente santos. En consecuencia, es necesario que con la ayuda de Dios conserven y perfeccionen en su vida la santificación que recibieron”.



* ¿Qué es lo más esencial? Esencial es no dejar nunca un domingo sin un encuentro con el Cristo Resucitado en la Eucaristía, esto no es una carga, sino que es luz para toda la semana. No comenzar y no terminar nunca un día sin al menos un breve contacto con Dios. Y, en el camino de nuestra vida, seguir las “señales del camino” que Dios nos ha comunicado en el Decálogo leído con Cristo. De ahí que la caridad para con Dios y para con el prójimo sea el signo distintivo del verdadero discípulo de Cristo. 



* ¿Podemos nosotros, con nuestras limitaciones, llegar tan alto? La Iglesia, durante el Año Litúrgico, nos invita a recordar a una lista de santos, que han vivido plenamente la caridad, han sabido amar y seguir a Cristo en su vida cotidiana. Ellos nos dicen que es posible para todos recorrer este camino. En todas las épocas de la historia de la Iglesia, en toda latitud de la geografía del mundo, los santos pertenecen a todas las edades y a todo estado de vida, son rostros concretos de todo pueblo, lengua y nación. Y son muy distintos entre sí. En realidad, debo decir que también según mi fe personal muchos santos, no todos, son verdaderas estrellas en el firmamento de la historia. Y quisiera añadir que para mí no sólo los grandes santos que amo y conozco bien son “señales en el camino”, sino también los santos sencillos, es decir las personas buenas que veo en mi vida, que nunca serán canonizados. Son personas normales, por decirlo de alguna manera, sin un heroísmo visible, pero que en su bondad de todos los días, veo la verdad de la fe. Esta bondad, que han madurado en la fe de la Iglesia.

                                                                               Benedicto XVI 13.4.2011

Noviembre 1



TODOS LOS SANTOS. «Alegrémonos todos en el Señor al celebrar este día de fiesta en honor de Todos los Santos». Sí, me gusta en este día alegrarme con «todos» los santos: los santos oficiales, los santos de carne y hueso que he tratado, los santos de la literatura.

            Los santos oficiales son los que figuran en el martirologio. Ni más ni menos.

            Los santos de carne y hueso son las personas santas que he tratado y trato: san Senén (mi padre), san Ángel Sagarmínaga (el gran misionero), san Jaime Recasens (un amigo de mi familia que el año 36, al ir yo a su casa por la tarde, a pesar de estar enfermo, tuvo que levantarse por orden del comité y al encontrarme en la escalera me acarició y me dijo: «Jorge, hasta el cielo», y al día siguiente murió mártir)... La lista de estos santos es muy larga. Y secreta. Si algunos de los enlistados la viesen se echarían a reír o me pegarían. Pero ¡debo yo tanto a estos santos! ¡Mucho más que a los primeros!

            Y están luego los santos de la literatura, los personajes modélicos a los que quisiera parecerme: san Joel (no el profeta, sino el adolescente de J. M. de Buck, muerto al amanecer), san Principito (que tenía los cabellos color de oro y era responsable de una rosa), san Jacinto (el papa taxista que fue a Rusia de excursión)....

            A los santos oficiales (a algunos) los venero. A los santos de carne y hueso (a todos) les quiero. Y al llegar su día les felicito, con lo que al contestarme -sin darse cuenta, claro- me mandan reliquias. A los santos de la literatura (a muchos) les sueño.

            Con tantos santos en mi vida, ¿cómo va a ser posible sentirme sólo?





VIGOR (+ 537). La fiesta de Todos los Santos polariza el 1 de noviembre, y parece ocultar la luz de santos concretos, que en este día nacieron para el cielo. San Vigor, concretamente. Educado por san Vedasto (que catequizó al rey Clodoveo y le llevó a Reims donde san Remigio le bautizó), decidió hacerse sacerdote. Al oponerse su padre, marchó de casa como «peregrino», desplazándose a la región de Bayeux. El peregrino hablaba de Jesús. Tan bien, que al fallecer el obispo en el año 513, los cristianos decidieron que Vigor fuera su obispo. Lo fue 24 años. Haciendo gala de su nombre destruyó un célebre ídolo de piedra al que acudía la gente románticamente, edificando allí una iglesia, y bautizó el lugar con el nombre de la «colina de la unción». [En el Martirologio, donde se sintetiza la vida de los santos, con sus rasgos más peculiares, de san Vigor sólo leemos: «obispo de Bayeux, que fue discípulo de san Vedasto». Me llama la atención la referencia al maestro, como rasgo característico del discípulo].



RUPERT MAYER (1876 – 1945). Bestia negra de los nazis. Nació en Stuttgart, jesuita en 1900. Múnich: enseña, predica, guía a los jóvenes de las Congregaciones marianas… Capellán militar durante la primera Guerra mundial, atendiendo a los soldados, pierde una pierna, pero no la voz. Desde 1933, Hitler en el poder, el silencio ensordina Alemania. Clarividente, levanta la voz. Empuja a los cardenales Pacelli y Faulhaber para que hable Pío XI. Por fin, 14 de marzo de 1937, sale la «Mit brennender Sorge». Para acallar al profeta le deportan al lager de Sachsenhausen. Temiendo que su muerte fuese un grito ensordecedor, en 1940 le encierran a cal y canto en la abadía de Ettal. En 1945, exhausto, vuelve a Múnich. Y muere el 1 de noviembre predicando todavía, aquel profeta mártir incruento.




Noviembre 2

CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS DIFUNTOS. «He descubierto una cosa después de la muerte de mis padres, y es que lo que llamamos sobrevivir, en realidad es sub-vivir, y aquellos a quienes no hemos dejado de amar con lo mejor de nosotros mismos se convierten en una especie de bóveda palpitante, invisible, pero presentida e incluso rozada, bajo la cual avanzamos cada vez más encorvados, más arrancados a nosotros mismos, hasta el instante en que todo quedará sumido en el amor» (Gabriel Marcel).

            «Cuando un árbol se va del patio familiar deja en pie un gran hueco de luz. Para quien no compartió nada con él, allí simplemente no hay nada. En cambio, para los que se cobijaron a su sombra o compartieron su presencia rica en recuerdos, ese hueco de cielo abierto lo vuelve a hacer presente en cada amanecer. Buscándolo, nuestros ojos tropiezan quizá con una estrella lejana que se ha quedado en el cielo, náufraga de la noche que ahora se ha vuelto día (Mamerto Menapace).

            ¡Cuántos huecos de cielo abierto, tenemos los que cada vez avanzamos más encorvados!





JORGE DE VIENNE (+ 670). Cuando hace años corrió el falso bulo de que habían eliminado a san Jorge el Grande del catálogo de los santos, a los amigos que me daban el pésame, yo les decía: a) que no se conserven las huellas dactilares de un santo, no es argumento suficiente para decir que no existió; b) que santos «Jorge» con huellas dactilares, canonizados, todavía quedaban en la lista 22; c) que santos agricultores (que esto significa Jorge) anónimos a efectos civiles, había habido decenas de miles. [Luego resultó que el gran san Jorge mártir seguía y sigue cabalgando tan valiente]. Uno de los «suplentes» que yo tenía en el corazón, caso de que hubiese hecho falta, era el san Jorge de Vienne (no Wien / Viena, no confundamos), una de las ciudades más antiguas de Francia, en la que pueden verse todavía entre las ruinas del templo de Augusto y Livia, los jardines arqueológicos de Cibeles y el teatro romano, la huella viva del buen obispo agrícola. Tan ahorrativo que aprovechó el día de difuntos del año 670 para irse al cielo.





PÍO CAMPIDELLI (1868-1889). El cuarto hijo de Giuseppe y Filomena nació en Trebbio di Poggio Berni (Rimini). [Me gusta anotar los nombres de los padres de los santos, como conocer los nombres de los padres de mis seminaristas, me daban devoción]. A los 12 años conoció en una misión popular a los pasionistas. Inmediatamente va a Casale di San Vito pidiendo le acepten porque quiere ser como ellos. Le dicen que espere, que todavía es demasiado crío. [Es curioso, para querer ser sacerdote, tener 12 años dicen que no basta. Para querer ser médico, para querer ser músico, sí]. Espera dos años que se le hacen una eternidad. El 2 de mayo de 1882 con los pasionistas por fin, por comienzo. Y ya tenemos un Joel más, un Luis Gonzaga, un Estanislao de Kostka, un Juan Berchmans… pasionista. Estudiando teología enferma de tuberculosis. 21 años tenía al morir. ¿Sólo? [¿Es que el Dueño de la mies no tiene derecho a llevarse espigas a su Casa?]. Lo enterraron en el cementerio de San Vito en presencia de una muchedumbre impresionante, porque había corrido la voz de que había muerto «il santino di Casale». «Il santino», Dios santo.




Noviembre 3



MARTÍN DE PORRES (1569 - 639). Hijo natural de un caballero español y de una mulata (desde su nacimiento ocupó su lugar entre los marginados), era enfermero cuando entró como terciario laico en los dominicos de Lima. Y a los enfermos continuó cuidando con exquisito cariño (que se extendía también a los animales). Su bondad y sencillez le han merecido una popularidad de la que algunos de sus devotos a veces abusan. Pero Martín, Fray Escoba, se lo debe perdonar.



SILVIA (+ 572). Esposa del senador san Gordiano, madre de san Gregorio Magno, hermana de santa Társila y santa Emiliana, a las que su sobrino el Papa recuerda en sus homilías con un cariño que sorprende. Sorprende sólo si no se tiene presente que, en una inscripción que figura en la iglesia de san Andrés, se lee que Silvia cuando llegaba el buen tiempo enviaba frecuentes provisiones de su huerta a su hijo el Papa. Cosa lógica. Como hicieron tantas madres con sus hijos, aunque no conste en ninguna inscripción.



PIRMINO (+ 753). El fugitivo. Nacido en el bajo Aragón, huyó de los avasalladores arrianos a Francia, predicando siempre la doctrina católica. Tan elocuente que convenció a un noble alemán para que le cediera Sintlazau, pequeña isla dentro del lago de Constanza, para fundar allí un monasterio. Así fue como en el 724 surgió el monasterio de Reichenau, que llegó a ser en la Edad media uno de los centros de espiritualidad más famosos. Conocida su itinerancia, le consagraron corepíscopo, podríamos decir obispo-caminante. Convencido de que un monasterio es como una hoguera de fe (mirándola se aprende a vivir en cristiano), no paró de fundar monasterios en Alsacia, Suiza y Baviera hasta el año de su muerte, 753, en Hornbach.



ARMENGOL (+1035). Pontífice2.. Me lo contó «in situ» el obispo de Urgell (y copríncipe de Andorra, condiscípulo y amigo mío, todo hay que decirlo) Juan Martí Alanis cuando pasábamos por allí: el obispo Armengol «dum propriis operaretur manibus» mientras trabajaba en la construcción del puente de Bar (tan importante entre l’Urgellet i la Cerdanya) se cayó, rompiéndose la cabeza. Hijo de los vizcondes Bernat y Guisla del Conflet, nació en Aiguatèbia. Sobrino del obispo Sal·la del que fue auxiliar y luego sucesor en la sede de Urgell (1010-1035). Tenía el «mal de piedra»: además del malhadado puente, empezó la construcción de la nueva catedral de la Seu d’Urgell (que consagró en 1040 su sucesor el obispo Eribau); hizo edificar la iglesia de San Miguel... Pero también se desvivía para que sus diocesanos vivieran más cristianamente y con mayor dignidad. Planeó, dirigió y ejecutó personalmente la liberación de Guissona del dominio sarraceno. Los de la Seu lo tienen por patrono. Con razón.



PEDRO FRANCISCO NERÓN (1818-1860). Nacido en Bornay, en la región del Jura, sacerdote a los 30 años, fue enviado a Hong-Kong, como misionero. Vietnamita de adopción, tras aprender bien la lengua, fue nombrado rector del Seminario Central. La casa era grande y los seminaristas muchos, pese al horizonte sombrío. En tiempos del emperador Tu-Duc, le tuvieron tres largos meses metido en un angustioso zulo, las tres últimas semanas sin alimento alguno. Pocas fuerzas físicas le quedaban el 3 de noviembre, cuando le decapitaron, pero el alma le había crecido desmesuradamente. Es uno de los 117 mártires vietnamitas canonizados por Juan Pablo II, cuya memoria colectiva se celebra el 24 de noviembre. Pedro Francisco no sólo educó a muchos futuros mártires, sino que incluso consiguió redimir un apellido, que hasta entonces cargaba un negro sambenito.


Noviembre 4



CARLOS BORROMEO (1538-1584). «Un sacerdote debe ser: muy grande y a la vez muy pequeño, / de espíritu noble como si llevara sangre real y sencillo como un labriego, / héroe, por haber triunfado de sí mismo, y hombre que llegó a luchar contra Dios, / fuente inagotable de santidad y pecador a quien Dios perdonó, / señor de sus propios deseos y servidor de los débiles y vacilantes, / uno que jamás se doblegó ante los poderosos y se inclina, no obstante, ante los más pequeños, / dócil discípulo de su maestro y caudillo de valerosos combatientes, / pordiosero de manos suplicantes y mensajero que distribuye oro a manos llenas, / animoso soldado en el campo de batalla y madre tierna a la cabecera del enfermo, / anciano por la prudencia de sus consejos / y niño por su confianza en los demás, / alguien que aspira siempre a lo más alto y amante de lo más humilde... / Hecho para la alegría, acostumbrado al sufrimiento, ajeno a la envidia, transparente en sus pensamientos, sincero en sus palabras, amigo de la paz, enemigo de la pereza, seguro de sí mismo». Ese texto encontrado en Salzburg en un manuscrito de la Edad media es un buen retrato de lo que Carlos Borromeo fue y de lo que quiso que fueran sus sacerdotes de Milán. Hijo del conde Gilberto Borromeo y de Margarita de Medicis. Doctor en Derecho a los 21 años. Elegido papa el día de Navidad de aquel mismo año el hermano de su madre, con el nombre de Pío IV, a los seis días le hace cardenal. Si alguien pensase que se trata de un caso más de nepotismo (desmedida preferencia que algunos dan a sus parientes para las concesiones o empleos públicos) se equivoca de medio a medio. Su sobrino era un fuera de serie y bueno a carta cabal. En el concilio de Trento logró que quedara claro que los obispos eran y tenían que ser pastores de sus diócesis, y se empeñó en que los sacerdotes reflejaran lo del manuscrito medieval. Que la llave de la cosecha está en un clero santo. Vivía tan austeramente el Eminentísimo Señor Cardenal de Milán que san Pío V, el sucesor de su tío en la silla de Pedro, le advirtió que no quería que muriera de tanta austeridad, pues a la Iglesia le interesaba que aquel pastor viviera muchos años. Sólo fueron 46. Canonizado 26 años después, en Milán su huella sigue viva.



VIDAL y AGRÍCOLA (+ 304). Siervo y amo, hermanos en la fe, martirizado el siervo primero, el amo no quiso ser menos. Inmortalizado Vidal por la basílica de San Vitale a Ravenna con sus mosaicos inefables. Hay que ir para pregustar ya del cielo en la tierra.



FÉLIX DE VALOIS (1127-1212). De ser un presumido, hubiera podido poner en su tarjeta de visita: «Félix, conde de Valois». Pero ni siquiera tenía tarjeta el anciano ermitaño del bosque de Gandelu, cuando lo visitó Juan de Mata para pedirle consejo a Félix, hombre de Dios (60 años tenía), sobre la conveniencia y urgencia de redimir cautivos de los moros (de entonces). No sólo le dijo «¡Adelante!» sino que le acompañó. [El título nobiliario de «conde» con que los soberanos hacen merced a una persona, viene de la palabra latina «comes», que significa «compañero»]. Le acompañó como segundo de abordo durante 25 años, noblemente. Honor y gloria a los segundones del reino de los cielos


Noviembre 5



GOMIDAS KEUMURGIAN (1656-1707). Con la concesión del Nobel de Literatura 2006 a Norhan Pamuk se habló del genocidio armenio. Buscamos incluso en el mapa dónde cae ese país montañoso, situado entre Georgia, Azerbayán, Turquía e Irán. Pero nadie oyó hablar de Gomidas. ¿Por ignorancia de los que escriben, por «prudencia»? ¡Buenos están los tiempos para recordar ciertas páginas de la historia! Hijo de un sacerdote armenio, se casó cuando tenía 20 años, tuvo 7 hijos. Párroco de la parroquia de San Jorge, no podía quitarse de la cabeza las palabras de Jesús: «Ut unum sint». A los 40 años se convirtió al catolicismo. Desde entonces le hicieron la vida muy cuesta arriba. Tras un largo exilio, al regresar pronto lo arrestaron, le acusaron de conspirar, ofreciéndole sin embargo la libertad si se convertía al islam. Pudo despedirse de la mujer y los hijos, antes de ser decapitado brutalmente. Sus últimas palabras: decir en voz alta el Credo largo entero.



BERNARDO LICHTENBERG (1875–1943). De pequeño acompañaba a misa diariamente a su madre. [Cuando pregunté a Albert Ryckmans por qué se hizo sacerdote contestó: «Tenía ya 12 años. Mi madre comulgaba cada día en la misa de la parroquia. A las 6.30 nos despertaba. Una vez vestidos, éramos libres de escoger entre estudiar antes del desayuno o ir al colegio para la misa. Mi hermano más pequeño y yo asistíamos gustosamente a esta misa, y comulgábamos. Fue así como nuestro Señor ganó mi corazón»].Sacerdote a los 24 años, al frente de la diócesis de Berlín en 1935 ¿hace política cuando levanta la voz contra la eliminación de los débiles mentales? ¿cuando trata de hablar con Göring y envía cartas de protesta al mismo Hitler? (“En público quizá no se sepa y los padres no se atreven a protestar públicamente porque temen por su libertad y su vida. Aunque soy un ciudadano cualquiera protesto como hombre, como cristiano, como sacerdote y como alemán de los crímenes perpetrados por orden suya o con su anuencia”), ¿cuando escribe un comunicado para ser leído en las iglesias en defensa de los no-arios? Denunciado, encarcelado, enviado al campo de Dachau, muere el 5 de noviembre de 1943. Mártir Lichtenberg, ¿tengo que hacer política?



SOR ANGELA DE LA CRUZ (1846-1932). Si alguien pregunta en Sevilla por María de los Angeles Guerrero González dudo que nadie sepa quién fue. Sin embargo José María Javierre certifica en Madre de los pobres: «Que yo sepa, es el único caso en el mundo. Existe una ciudad –Sevilla– donde pronunciáis el nombre de una persona – Sor Ángela– y todos los habitantes, todos, sonríen: “Era buena, era una santa."»  Sí, la hija del cocinero de los Teatinos de Sevilla, que trabajó durante algún tiempo como zapatera en el taller de calzado de doña Antonia Maldonado, en la calle del Huevo, que quiso entrar en las Carmelitas Descalzas del barrio de Santa Cruz de Sevilla, aunque no la admitieron por temor a que no pudiera soportar los duros menesteres del convento en su cuerpo menudo y débil, que ingresó en las Hermanas de la Caridad y luego de vestir el hábito, tuvo que salir al enfermar, la que se hizo pobre con los pobres… la Fundadora de la Hermanas de la Cruz: «el amor y la sensibilidad hacia los pobres llevó a Santa Angela de la Cruz a fundar su "Compañía de la Cruz", con una dimensión caritativa y social a favor de los más necesitados y con un impacto enorme en la Iglesia y en la sociedad sevillanas de su época. Su nota distintiva era la naturalidad y la sencillez, buscando la santidad con un espíritu de mortificación, al servicio de Dios en los hermanos».




Noviembre 6



ILTUT FARCHOG (480-540). (Que yo no tengo la culpa de que haya habido santos con nombre y apellido tan «originales», para decirlo suavemente; aunque sí admiro la capacidad lingüística de san Pedro para controlar debidamente la entrada en el cielo). Iltut Farchog se llamaba el fundador del monasterio de Llanilltud Fawr en Cambria, actual País de Gales. Hijo del príncipe bretón Bican, que lo envió a estudiar con su tío san Garmon, luego obispo de Manaw. Iltut fue buen estudiante, aunque le encantaban las letras, entre hacerse sacerdote o militar, prefirió lo segundo, poniéndose al servicio de su primo el rey Arturo. Luego el rey Pawl de Penychen le ofreció un puesto en su guardia real, que aceptó. ¡Cómo lucía el penacho del uniforme en Nant Pawl! Hasta que se cruzó con san Cadog, que le abrió nuevos horizontes: ser monje en Hodnant Valley. Monje ejemplar, feliz allí. Hasta que el obispo san Dyfrig le empujó a fundar… Llanilltud Fawr, a donde acudieron muchos jóvenes y de donde salieron muchos santos galeses (Que tamp.oco puedo yo rebajar ni los nombres ni la santidad de tantos santos que fueron)



SEVERO (+ 633). Severo no sólo significa riguroso, áspero, duro. También significa: exacto, observante de la ley, grave, serio, mesurado. Severo no sonaría nada mal antes porque entre Severos, Severianos y Severinos salimos a más de treinta en el martirologio. A Severo obispo de Barcelona parece que lo martirizaron durante una persecución arriana. Sus reliquias pronto fueron veneradas en Castrum Octavianum, el actual Sant Cugat del Vallès. A falta de una fotografía del obispo mártir, podemos reconstruir su silueta recordando lo que el Vaticano II dice: «El obispo, enviado por el Padre de familias a gobernar su familia, tenga siempre ante los ojos el ejemplo del Buen Pastor, que vino no a ser servido sino a servir, y a dar la vida por sus ovejas. Tomado de entre los hombres y rodeado él mismo de flaquezas, puede apiadarse de ignorantes y equivocados. No se niegue a oír a los súbditos, a los que, como verdaderos hijos suyos, alimenta y a quienes exhorta a cooperar animosamente con él. Consciente de que ha de dar cuenta a Dios de sus almas, trabaje con la oración, con la predicación y con todas las obras de caridad tanto por ellos como por los que todavía no son de la única grey, a los cuales tenga como encomendados del Señor». Todos los obispos de Barcelona han tenido un buen modelo al que imitar.



ESTEBAN (975-1046). Cristianos «coronados» oficialmente santos (es decir, que llevaron el nombre de Esteban) hay en el martirologio 33, hasta ahora. Sólo en noviembre, seis. El seis de noviembre recordamos a dos: un soldado, martirizado en Jerusalén el año 638 (no hay que decir por quiénes; que la memoria histórica es peligrosa; bien lo sabe el papa Benedicto XVI), y un ciudadano de Adge, al que le hicieron obispo de Apt, cuando tenía 35 años. Y que al volver de una peregrinación a Jerusalén, cumplió la promesa hecha allí, si sanaba de una grave dolencia, de restaurar la catedral (tampoco hay que decir quiénes la arrasaron). Decía Guy de Larigaudie, insistiendo en las patatas: «Tan hermoso es pelar patatas por amor de Dios, como edificar catedrales». San Esteban de Apt, más que decirlo lo había hecho mucho antes, insistiendo en las catedrales. Edificar una casa para Dios en la tierra, cuidarla, embellecerla... ¡La belleza! Ojo, que a la tarde te examinarán en el amor... ¡no sólo!



498 MÁRTIRES DE ESPAÑA. Abilio Sáiz (1), Adelfa Soro (2), Adolfo Jaime Serra (3)… Vito José Elola (496), Vivencio Núñez (497), Vulfrano Mill Arán (498). «Damos gracias a Dios por el gran don de estos testigos heroicos de la fe que, movidos exclusivamente por su amor a Cristo, pagaron con su sangre su fidelidad a Él y a su Iglesia. Con su testimonio iluminan nuestro camino espiritual hacia la santidad, y nos alientan a entregar nuestras vidas como ofrenda de amor a Dios y a los hermanos. Al mismo tiempo, con sus palabras y gestos de perdón hacia sus perseguidores, nos impulsan a trabajar incansablemente por la misericordia, la reconciliación y la convivencia pacífica. Que los nuevos Beatos, por medio de la Virgen María, Reina de los Mártires, intercedan por la Iglesia en España y en el mundo; que la fecundidad de su martirio produzca abundantes frutos de vida cristiana en los fieles y en las familias; que su sangre derramada sea semilla de santas y numerosas vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras» [Benedicto XVI]

            Dado que resulta imposible decir algo de cada uno de los 498 mártires, ahí van 3 anécdotas que me ha contado Fray Marcos Rincón, especialista en mártires franciscanos:

1) Una hija de la caridad, muy temperamental, se lanza contra uno de los milicianos que van a disparar. El capellán le grita: «¡Sor Joaquina, que pierde la corona!» Ella se arrodilla para recibir la absolución de su pronto. Y alcanza la corona.

2) Ante el pelotón de ejecución, un seminarista echa a correr. Recibido el tiro, mortal, le da tiempo a escribir en su bolsa, parece que con su sangre: «¡Viva Cristo Rey!»

3) Sor Martina Vázquez, natural de Cuéllar, de 71 años, pide a los que la van a fusilar: «Dejad que me vuelva, quiero ver las caras que tantas veces he lavado cuando erais niños».




Noviembre 7



FRANCISCO PALAU (1811-1872). «Cuentan que una vez el diablo harto de la vida arrastrada que llevaba desde hacía tiempo decidió jubilarse. Como la pensión que le quedaba de la seguridad social, pese a haber cotizado tantos años, no le alcanzaba para vivir holgadamente, decidió redondearla un poco vendiendo todo su instrumental. Fue al mercado, montó un puesto y lo expuso a la vista del público. Allí había de todo: la maldad, la envidia, los celos, el odio, el engreimiento, el desprecio, el cinismo… Separado del resto se veía algo que parecía mucho más gastado que el resto. Intrigado un posible comprador le preguntó: «¿Qué es eso y por qué lo vendes más caro que el resto?». El diablo respondió: «Es el desaliento». El otro insistió: «¿Por qué vendes el desaliento mucho más caro que el resto de los productos?». «Sencillamente, porque es lo más fácil de meter en el corazón humano. Y tras el desaliento es facilísimo introducir el resto, sea lo que sea». Es un cuento. Que el bueno de Francisco de Jesús, María y José, pudo contar pícaramente en la «Escuela de la Virtud». Porque él sabía mucho de esa artimaña del diablo. Pese a que el 25 de julio de 1835 fuera incendiado en Barcelona su convento carmelitano y expulsados los religiosos, consiguió ser ordenado sacerdote en Barbastro. Pese a haber sido exiliado a Francia en 1840, regresa a Barcelona once años después y funda la «Escuela de la Virtud». Pese a ver cómo le suprimían arbitrariamente la «Escuela» en 1854 y le confinaban a Ibiza, el desaliento nunca hizo mella en su corazón. Fundó las Carmelitas Misioneras y las Carmelitas Misioneras Teresianas, que ayudan a que los que peregrinamos por este valle de lágrimas no nos dejemos vencer por el desaliento.



ATENODORO (+ s. III). En Turquía (Neocesarea, del Ponto), san Atenodoro, hermano de san Gregorio Taumaturgo, tan aventajado en las letras divinas (¡tuvo como maestro a Orígenes!), que, pese a su juventud, se le consideró digno de ejercer el ministerio episcopal. No está mal un obispo joven. (Dije hace tiempo que tenía que preparar una letanía de hermanos santos. Algunos me la reclaman todavía. Pues ya saben: san Atenodoro y san Gregorio, rogad por nosotros).



WILIBRORDO (668-739). Hay que ir a Luxemburgo, a Echternach concretamente, para descubrir la devoción que profesan al fundador del monasterio. Monje y obispo inquieto. Su predicación entre los frisones tuvo efectos sorprendentes. Lo mismo que en la isla Helgoland y en Dinamarca. Echternach se convirtió en la base de sus expediciones misioneras. La última, a los 81 años, camino de la Patria. | Yo no tuve que ir tan lejos. Fue en 1996 cuando leí lo que contaba el Padre Agustín Altisent: «Vestí el hábito, (el 1 de noviembre de 1946), me cambiaron el nombre de bautismo Luis de Francia por el de Agustín (que pedí por flaqueza: no me atrevía al riesgo de que me cayera para siempre un Wilibrordo o un Beda».  A veces cuando nos veíamos, sin que nadie nos oyera, le decía: ¡Pare Wilibrord! Y él sonreía. Pare Altisent, ara que és al cel i ha pogut veure de prop el sant monjo i bisbe ¿no creu que haguera quedat bé passar a la posteritat com Wilibrord Altisent?



LÁZARO ESTILITA (+1054). Como Lázaro el de Betania parece que tiene la exclusiva del nombre «Lázaro», para identificar al resto de Lázaros santos «que en este mundo han sido» es necesario añadirles un calificativo para que se les distinga. «Estilita», para aquel santo varón que vivió en el monte Galesio cerca de Éfeso. Como a varios de hace tiempo le dio por no vivir a ras de suelo. A sus contemporáneos aquello no dejaba de llamarles la atención, cuestionándose por aquel testimonio que «les ponía a pensar».




Noviembre 8



CUATRO SANTOS CORONADOS (+ 306) «Duros a cuatro pesetas» decían antes. Pues hoy podríamos decir: «Cuatro [Quatuor sancti coronati] por nueve coronados». /  En una basílica romana se venera la memoria de los «4 santos coronados»: Segundo, Severiano, Carpóforo y Victorino, martirizados en Albano. Que (eran tantos los testigos de la fe en la persecución de emperador Diocleciano) fueron enterrados junto a otros cuatro santos (en realidad eran cinco: Simproniano, Claudio, Nicóstrato, Cástor; y Simplicio) escultores que trabajaban en una cantera de mármol de Pannonia y por negarse a esculpir una estatua de Esculapio sufrieron el martirio. «Quod abundat non nocet».



DEUSDEDIT (+ 618). Los alérgicos al latín lo llaman «Adeodato», sin darse cuenta de que también hablan en latín, pero en voz pasiva. «Dio-Dios» o «Por-Dios-dado», buen nombre para un futuro obispo de Roma. Tardaron 5 meses en hacerle papa, tras la muerte de su antecesor san Bonifacio IV, porque... no llegaba el Vº Bº del emperador de Constantinopla (!). ¡Para que nos quejemos de lo mal que van las cosas hoy! «Tiempos calamitosos» aquellos. Entonces la culpa se la echaban a los longobardos y al hambre que asolaba Italia. Siempre se busca una excusa para no ser feliz. No se le recuerda ahora porque fuese bueno, que lo fue, sino por el detalle curioso de la palabra «binar» (celebrar un sacerdote dos misas) (hic constituit secundam missam in clero). Aunque, rizando el rizo, no está claro si el permiso dado por el papa Deusdedit era para celebrar dos misas, una por la mañana y otra por la tarde, o para que el mismo sacerdote dijese dos misas en iglesias distintas. Moraleja: los tiempos serían calamitosos, pero la gente iba a misa.



WILEHADO (+ 789). Nacido en Nortumbria, amigo de Alcuino de York, san Bonifacio le pasó el testigo, propagando el evangelio en Frisia y Sajonia. Primer obispo de Bremen, buen pastor. Me encanta descubrir obispos con amigos. Me hace sentir importante tener obispos amigos. Y amigos santos, gracias a Dios. La lista no es corta.



JUAN DUNS SCOTO (1266-1308). «Scotia me genuit, Anglia me suscepit, Gallia me docuit, Colonia me tenet» (Nací en Escocia, Inglaterra me acogió, Francia me instruyó, Colonia me guarda) se lee en el sepulcro de la iglesia de Colonia, donde reposan los restos del sobrino de Elías Duns que le llevó a los franciscanos de Dumfriers cuando tenía 15 años. Sacerdote en 1291. Enseñó teología en Oxford, Cambridge y París, comentando, como todos los maestros de su tiempo, las Sentencias de Pedro Lombardo. Las obras principales de Duns Scoto representan precisamente el fruto maduro de estas lecciones, y toman su título de los lugares en los que enseñó: Opus Oxoniense (Oxford), Reportatio Cambrigensis (Cambridge), Reportata Parisiensia (París). Prefirió el exilio voluntario, antes que firmar un documento hostil al Sumo Pontífice, que Felipe IV el Hermoso imponía a los religiosos. Muchos seguidores del pensamiento teológico de Tomás de Aquino, acostumbrados a situarle entre los “adversarios”, olvidan las valiosas características del pensamiento escotista: afirmación enérgica de la esencia de Dios como amor; la primacía de la voluntad, de la libertad y del individuo; su cristocentrismo; su visión más acentuadamente existencial y crítica de la función de la teología. ¿«Malogrado» por morir el “Doctor sutil”a los 43 años ?




Noviembre 9



DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE SAN JUAN DE LETRÁN. «En esta casa visible que hemos construido, donde reúnes y proteges sin cesar a esta familia que hacia ti peregrina, manifiestas y realizas de manera admirable el misterio de tu comunión con nosotros. En este lugar, Señor, tú vas edificando aquel templo que somos nosotros, y así la Iglesia, extendida por toda la tierra, crece unida, como Cuerpo de Cristo, hasta llegar a ser la nueva Jerusalén, verdadera visión de paz» rezamos en el prefacio de la misa de la dedicación de una iglesia». [Observación ilustradora: en el Misal en este orden aparecen la misas comunes: 1) Dedicación de una iglesia; 2. Santa María Virgen; 3. Mártires; 4. Pastores; 5. Doctore de la Iglesia; 6. Vírgenes: 7. Santos y santas. Orden desconcertante, orden ilustrador]. Construida por el emperador Constantino en tiempos del Papa Silvestre I (314-335), es la catedral del obispo de Roma. «Madre de todas las iglesias». Litúrgicamente Fiesta en todo el mundo.



JORGE NAPPER (1550-1610). Mártir también. De feliz memoria: porque recuerda que “el grande” (el del 23 de abril) no tiene la exclusiva en la santa jorgeidad. En Oxford nació y en Oxford sufrió el martirio entre la una y las dos de la tarde del 9 de noviembre, habiendo celebrado la eucaristía esa mañana, a escondidas, pero unido espiritualmente al sucesor de Pedro que la decía en la basílica de San Juan de Letrán, madre y cabeza de todas las iglesias de la Urbe y del Orbe. Colegial del Corpus Christi. Sacerdote desde 1596. Dijo muchas misas a escondidas. También entonces había controles policiales. En uno le encontraron encima un píxide con dos hostias consagradas, y los santos óleos. En la cárcel reconcilió a un felón condenado llamado Falkner, y esto fue tomado como un agravante de su crimen. Debido a que se negó a jurar el voto de obediencia al rey, que describía el poder papal como una doctrina “falsa, hereje e infame”, decidieron su ejecución.



LUIGI y MARIA BELTRAME QUATTROCCHI (1880/81-1951/65). Me preguntaron qué era «un gesto profético». Y contesté «lo que hizo Juan Pablo II al beatificar el 21 de octubre de 2001 al matrimonio Beltrame Quattrocchi». «Juntos hicieron de su familia una verdadera iglesia doméstica, abierta a la vida, a la oración, al testimonio del Evangelio, al apostolado social, a la solidaridad hacia los pobres, a la amistad». Juntos. En la proclamación de ese juntos está el gesto profético. Esposos santos canonizados no faltan; pero canonizados juntos, los primeros. A la espera de los siguientes, venía a decir Juan Pablo II. Estaban presentes aquel día en San Pedro tres de sus cuatro hijos (Sor Cecilia, desde el cielo). Enrichetta, la pequeña, lloraba de alegría. Mons. Tarcisio, el mayor, comentaba: «Nuestra vida familiar no tuvo nada de extraordinario. La beatificación de mis padres es una ocasión para relanzar los valores de la familia cristiana hoy». El tercero, Paolino, trapense, recordaba: «En los años de la guerra, a menudo arriesgando muchísimo, acogimos y prestamos ayuda a todo el que la pidió». Juntos. «Hay que salvarse juntos. Hay que llegar juntos a la casa de Dios». | El día del Domund de 2008 fueron beatificados en Lisieux, en la basílica de la doctora de la Iglesia Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, sus padres Luis Martín y Celia Guerin.






Noviembre 10



LEÓN MAGNO (390-461). Toscano de nacimiento (390), romano por educación y mentalidad. Fue arcediano de los pontífices Celestino I y Sixto III. Papa desde el año 440 al 461. Veintiún años en los que no entendemos cómo pudo hacer tantas cosas. Luchador incansable contra maniqueos, pelagianos, nestorianos, priscilianistas, eutiquianos y arrianos (a distancia de siglos consuela constatar que los cristianos han tenido que avanzar siempre envueltos en luz y tinieblas, y que es bueno desenterrarle a la sombra la luz). Cuando sus legados leyeron en Calcedonia la carta del pontífice León, en la que exponía que Jesucristo es uno en persona en el que las dos naturalezas, humana y divina, están permanentemente unidas sin confusión ni mezcla, todos exclamaron «Pedro ha hablado por boca de León».  Incluso Atila, el rey de los hunos, se dio la vuelta cuando el papa León le pidió que se retirase con el ejército sin entrar en Roma. (Para evitar que se creyera omnipotente tuvo que habérselas años después con el vándalo Genserico, menos sensible a las súplicas del pontífice que el duro Atila). La lectura pausada de las 173 cartas que se conservan nos acerca a la historia real del siglo V (curiosamente no muy distinta de la del siglo XXI) y sus 96 sermones impresionan por su indomable energía y magnanimidad. Cada año el día de Navidad en el Oficio de lectura los cristianos leemos: «Hoy, queridos hermanos, ha nacido nuestro Salvador; alegrémonos. No puede haber lugar para la tristeza, cuando acaba de nacer la vida; la misma que acaba con el temor de la mortalidad, y nos infunde la alegría de la eternidad prometida. Alégrese el santo, puesto que se acerca a la victoria; regocíjese el pecador, puesto que se le invita al perdón; anímese el gentil, ya que se le llama a la vida. Reconoce, cristiano, tu dignidad y, puesto que has sido hecho partícipe de la naturaleza divina, no pienses en volver con un comportamientop indigno a las antiguas vilezas».



ORESTES (+ s. IV) De primeras el nombre de Orestes nos hace pensar en el montaraz hijo de Agamenón y Clitemnestra, que para vengar el asesinato de su padre, mata a Egisto, y es perseguido por las Furias. De segundas nos recuerda al mártir de Tiana [no la Tiana de la residencia “Nen Déu” cuya primera piedra bendijo Benedicto XVI el 7 de noviembre de 2010].  Los Orientales  cuentan que era un médico que no sólo curaba el cuerpo sino el alma, a base de apartar a sus pacientes de la idolatría. Que los descontentos, le acusaron de ser cristiano, y él no lo negó. Incluso sopló sobre las estatuas de los dioses, que se vinieron abajo. Enfadado los idólatras lo ataron a un caballo que lo arrastró hasta morir. Puede. Me quedo con el Orestes de segundas, que además era de Capadocia como san Jorge, el grande.



ANDRÉS AVELINO (1521-1608). Al bautizarle le pusieron por nombre Lancillotto (Lanzarote), en recuerdo del de la Tabla Redonda (aquella mesa redonda en la que podían sentarse a la vez 150 caballeros, que se obligaban a imitar a Cristo, no matar o cometer actos pecaminosos, ser fieles a su rey, no mostrarse crueles, ayudar siempre a todo aquel que se lo pidiese, ser corteses con todas las damas y en especial con aquellas que sufrieran necesidades). Lancillotto hizo gala del nombre cuando le encargaron de la reforma de un convento femenino, tarea en la que casi perdió la vida. Tan santificado quedó, que se hizo teatino, tomando el nombre de Andrés. Amigo y consejero de san Carlos Borromeo. Murió a los 80 años (ad pedes altaris sancto fine quievit) al pie del altar. Buen sitio. | En Zamora está de Vicario episcopal de religiosas, Agustín Montalvo.  Voy a aconsejarle que se encomiende a san Andrés Avelino.




Noviembre 11



MARTÍN DE TOURS (316-397). «Primero fue soldado y después monje y obispo: casi como un icono, muestra el valor insustituible del testimonio individual de la caridad. A las puertas de Amiens compartió su manto con un pobre; durante la noche, Jesús mismo se le apareció en sueños revestido de aquel manto, confirmando la perenne validez de las palabras del Evangelio: “Estuve desnudo y me vestisteis... Cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis”» (Benedicto XVI). Fue uno de los primeros santos no mártires venerados en la Iglesia. Hijo de un tribuno romano, renunció a la carrera militar al descubrir que en cada hombre vive Jesucristo (y que todo –como la capa- se debe compartir). A él se debe en gran parte la evangelización de Francia.



VERANO DE VENCE (s. V). Obispo primaveral, si tenemos en cuenta el nombre [que «ver, veris» no significa la estación más calurosa del año, sino «primavera»]. Su madre, se llamaba Gala; su padre, Euquerio, obispo de Lyon. Los dos hijos del matrimonio, Verano y Solonio, siguieron la noble función del padre. Tras largos años de formación en el monasterio de Lérins, los futuros obispos de Vence y Ginebra hicieron las prácticas en Lyon, ayudando a san Euquerio. Adentrándonos en el túnel del tiempo podemos imaginarnos a la familia episcopal en pleno rezando a Nuestra Señora del Rosario, en la capilla que en el siglo XX construiría Henri Matisse («Cette oeuvre m’a demandé quatre ans d’un travail exclusif et assidu, et elle est le résultat de toute ma vie active. Je la considère malgré toutes ses imperfections comme mon chef-d’oeuvre). Teniendo en cuenta que al mundo lo salvará la belleza, vale la alegría peregrinar a ese «monument d’art sacré unique au monde».



TEODORO EL ESTUDITA  (759-826). El papa Benedicto XVI así resumió su vida el 27 de mayo de 2009: Nació en el seno de una familia noble y piadosa. Abrazó la vida monástica a los veintidós años en el monasterio de Sakkudion. Por haber criticado la situación matrimonial irregular del joven emperador Constantino VI, Teodoro fue desterrado a Tesalónica. De allí pudo regresar a Sakkudion gracias a la intervención de la Emperatriz Irene, madre de Constantino. Para evitar las incursiones de los árabes, se transfirió luego al monasterio de Studios, que bajo su dirección alcanzó gran esplendor y a partir del cual se inició una reforma de la vida monacal, caracterizada por subrayar la necesidad del orden, la obediencia y el amor al trabajo de los monjes. Teodoro es conocido también por capitanear la resistencia contra la iconoclastia de León V el Armenio, lo que le costó otra vez el exilio en diversos lugares de Asia Menor. Al final, pudo volver a Constantinopla, pero no a su monasterio.  Entre sus obras destacan la Pequeña Catequesis, la Gran Catequesis, el Libro panegírico, las Composiciones poéticas, el Testamento espiritual y las Cartas. (Y yo ¡sin leer nada de él!)



CEFERINO NAMUNCURÁ (1886-1905). Otro Domingo Savio de los salesianos. | Nació en Chimpay, en pleno corazón del Valle Medio del Río Negro, hijo del cacique indígena Namuncurá y de su cautiva Rosario Burgos. Estudió con los Salesianos, quería ser sacerdote para convertir a los de su raza, los mapuches. Seminarista en Viedma, lo descubrió Mons. Cagliero, que se lo trajo a Roma esperando que mejorara su salud. En una audiencia tuvo «el indio santo» un discursito, que encandiló al Papa. Murió apenas cumplidos los 19 años. Cuando se lo dijeron a san Pío X dijo: «Era una bella esperanza para las misiones de Patagonia, pero ahora será su más válido protector».


Noviembre 12



JOSAFAT (1580-1623) Juan Kunsevich nacido en Vladimir, Polonia. Llamado Josafat, desde los 20 años, cuando entró en el monasterio de la Santísima Trinidad de Vilna de rito bizantino. Pronto lo hicieron abad. «Josafat, arzobispo de Polotzk, Lituania, el hombre más eminente y destacado entre los eslavos de rito oriental, pastor y apóstol que derramó su sangre por la unidad de la santa Iglesia» [Pío XI] | Tuve un colega que se llamaba Josafat. Por él el 14 de noviembre no era un día cualquiera y por él el nombre de Josafat ya no me lleva a pensar en el valle del profeta Joel (4, 2).





ESIQUIO (+ 490). Ayer memoria de san Verano; hoy, de san Esiquio. ¡Y la misma historia! casi. Si no fuera porque los datos son los datos, nos costaría creerlo. Al senador Esiquio le obligaron (normal, que tuvieran que obligarle) a ser obispo de Vienne (¡tiempos aquellos en los que los senadores eran tan cristianos que no se negaban a lo que el pueblo les pedía!). Sus dos hijos («quos antea genuerat», advierte prudentemente el martirologio), fueron obispos también: san Apolinar, de Valence, y san Avito, de Vienne; sucediendo éste al padre, sin que ningún viennés hablara de nepotismo. Con más suerte Avito que el padre: consiguió que el rey Segismundo abjurara del arrianismo. Pero, si de la familia euqueriana conocemos el nombre de la «epíscopa»: Gala, del de la esposa de san Esiquio, madre de san Apolinar y san Avito: no están las historias de acuerdo.... Santa, y encima discreta, como tantas cristianas de siempre.



MILLÁN DE LA COGOLLA (470 - 574). En prosa: «En los montes de la región de la Cogolla, no lejos de Logroño, san Emiliano o Millán, presbítero, que, después de llevar vida eremítica y clerical, abrazó la monástica y se hizo famoso por su generosidad para con los pobres y el don de profecía». En verso: Aquí escomiença la estoria de sennor Sant Millán, la qual composo Maestre Gonzalo de Berceo:



Qui la vida quisiere                de Sant Millán saber,

e de la sua istoria                    bien certano seer,

meta mientes en esto              que yo quiero leer:

verá adó embían                     los pueblos so aver.



Cerca es de Cogolla               de parte d’orïent’

dos leguas sobre Nágera,       al pie de sant Lorent’,

el barrio de Berceo                  Madriz li yaz present’

y nació sant Millán,                esto sin falliment’.



Luego que fue nacido,           los que lo engendraron,

embuelto en sos paños           a ‘glesia lo levaron;

como la leï manda                  baptismo demandaron,

diérongelo los clérigos,          de crisma lo untaron.



Luego que fue criado,            que se podió mandar,

mandólo ir el padre                las ovejas curiar,

obedeció el fijo                      fuélas luego guardar

con ábito qual                         suelen  los pastores usar…



            Son 489 coplas. ¿Quién se anima?




Noviembre 13



LEANDRO (+ 600). «Obispo, hermano de san Isidoro, san Fulgencio y santa Florentina, que en la ciudad de Sevilla, con su predicación y solícita caridad convirtió a los visigodos de la herejía arriana a la fe católica, contando con la ayuda de su rey Recaredo». Escribió de él su hermano pequeño (Isidoro) que le conocía bien: «Hombre de condición apacible, de extraordinaria inteligencia y preclarísima moralidad y doctrina. La conversión de los visigodos, de la herejía arriana a la fe católica, fue fruto de su constancia y prudencia. Antes había sufrido destierro». ¡Qué no contarían de él sus otros hermanos santa Florentina y san Fulgencio! 



MITRIO (+ 314). «Esclavo en Aix-en-Provence, de la Galia Narbonense, a quien, la santidad le hizo libre». Dicho así suena bonito. En realidad fue un Onésimo, con un amo menos amable que Filemón, al que su amo maltrató salvajemente al descubrir que era cristiano y finalmente decapitó. Honor a tantos Mitrios anónimos de ayer y de hoy.



NICOLÁS I (+ 867). No siempre las comparaciones han de ser odiosas: Lo que el papa San Gregorio VII fue para el siglo XI, san Nicolás I lo fue para el siglo IX. Grande, valiente, sin arredrarse ante las dificultades. Que las tuvo, y grandes. En Occidente con el arzobispo Juan VIII de Ravenna, con el arzobispo Incmaro de Reims, con Lotario II, rey de Lorena, que, muy a la moderna, se descasó de su esposa Teutberga para casarse con Valdrana, y armó un cisco enorme porque no hay nada más brillante que una teoría cuando se monta sobre un instinto; en Oriente, con un tal Focio de armas tomar, con la iglesia bizantina de Bulgaria... ¡Ay las susceptibilidades! Valiente, no equivale siempre a victorioso. «Personalidad superior, ejemplo nobilísimo de fe y de romanidad, en él el sentido de justicia, de mesura y de orden se conjuntaban admirablemente con la caridad y la devoción, formando una síntesis armónica» (Brezzi). [Propósito: tengo que repasar la historia de la Iglesia. Porque ¿quién sabría que la luz es buena si no hubiese sentido las tinieblas de la noche?]



ESTANISLAO DE KOSTKA (1550−1568). Me cuesta celebrar su fiesta el día en que murió (15 de agosto), porque en el Seminario de Tarragona, el día del «patró dels gramàtics, sant Estanislau» era el 13 de noviembre. | Cuando tenía 13 años, su padre, el señor senador, le envió junto con su hermano mayor Pablo a estudiar a Viena en un colegio de jesuitas. Mientras su hermano hacía de las suyas, decidió entrar en la Compañía de Jesús, pese a la terrible oposición de señor senador, que llegó a amenazar con que echaría de Polonia a los jesuitas si su hijo se hacía jesuita. San Pedro Canisio le dijo (al hijo) que adelante. Y a Roma fue, cuando tenía 17 años. San Francisco de Borja recibió al novicio Estanislao el cual  «brevi consumptus in humillimis officiis praestandis, sanctitate clarus obiit» el día de la Virgen de agosto de 1568, a los 18 años. Fue el primer beato de la Compañía. Con san Luis Gonzaga y san Juan Berchmans ha formado el trío modélico de muchos jóvenes. | Ahora veo que los jesuitas celebran su fiesta hoy. Yo también.




Noviembre 14

HIPACIO (+325). Cada año el domingo XXVI al rezar en la misa «¡Oh Dios!, que manifiestas especialmente tu poder con el perdón y la misericordia…» me acuerdo de san Hipacio, obispo de Gangres, en la actual Turquía, que la practicaba divinamente. Unos cuantos inmisericordes novacianos (seguidores del antipapa Novaciano, que acusaba al papa Cornelio de laxismo por readmitir a los lapsi –los que habían flojeado durante la persecución y arrepentidos querían ser buenos cristianos-) lo lapidaron en un camino. ¡Y rezaban el Padrenuestro! Como tantos hoy que luego no se hablan con sus hermanos por un pedazo de herencia… Perdónales, Señor, tú que perdonas nuestras culpas.

LORENZO O’TOOLE (1128-1180). Con ese apellido cualquiera piensa en «Lawrence of Arabia», «Becket»... encarnados por Peter O’Toole. Irlandeses ambos, san Lorenzo fue protagonista de otras películas. Nacido en Leinster, canónigo agustino en Glendalouh a los 12 años, obispo de Dublín a los 33. Promovió la disciplina [palabra que tan mal suena a muchos oídos no musicales], reformó muchas deformidades [de vista, oído, tacto, gusto y olfato, de cuerpo y de alma], promovió la concordia entre los príncipes cristianos [siempre saludaba diciendo: Pax huic domui], incluso presidió una embajada ante Enrique II de Inglaterra, que terminó... mejor de lo previsto: muriendo en Eu, Normandía.



SIARDO (+1230). Quinto abad premonstratense (monjes fundados por san Norberto, llamados en España “mostenses”) de la abadía del «Huerto de Santa María» (Mariengarden), en Frisia, durante  36 años. Aparte la fortaleza que supone ser padre de sus hermanos años tras año, y no todos los años se presentan de color de rosa, se le recuerda por dos «pequeños» detalles: por su prodigalidad con los pobres y por su puntualidad. Es decir: por su profusión, consumo de la propia hacienda, a favor de los necesitados. No era tacaño, ni calculador, ni siquiera defensor del «do ut des». Y puntual, con puntualidad que podríamos llamar del corazón. Con otras palabras: quien lo necesitaba a la hora del sufrimiento o de la tristeza, lo encontraba en el momento justo.  Dos detalles francamente «divinos».



SERAPIÓN (+ 1240). Inglés, de Londres. De joven tomó parte en la tercera cruzada, acompañando a su padre, el noble Rolando Scott. Al regresar fue destinado a España, como militar, contra los moros. Ocasionalmente (providencialmente, sería la palabra), se cruzó con san Pedro Nolasco. No sabemos qué le diría. Pero en 1222 recibió el hábito de caballero de la Orden. Pese a su resistencia, y su argumento de que no era sacerdote, fue nombrado «maestro de novicios» que diríamos ahora. De san Ramón Nonato, entre otros. Haciendo de mercedario fue a Argelia a visitar y redimir cautivos. El cuarto voto era «Quedarse en rehenes; dar la vida si fuere necesario». Lo cumplió. Al no llegar el rescate, su «propietario» furioso mandó que lo crucificaran. Protomártir mercedario.


Noviembre 15



ALBERTO MAGNO (1200-1280). La plaza Maubert de París se llama así desde que «Magister Albertus» enseñaba en la universidad y tanta era la afluencia de oyentes que tenía que dar la clase en la plaza. Pero no sólo tenía muchos discípulos, sino que los tenía  buenos: baste citar a Tomás de Aquino. Cuando fue obispo de Ratisbona (sólo dos años, para pedir la «excedencia episcopal» y volver a sus clases) le pusieron de mote «zapatos», por contraste con los señores-príncipes-obispos, sus predecesores. Conocido como «doctor universalis». Patrono de los científicos.



MACUTO (+ 640). Que no tiene nada que ver con la «mochila de soldado» (macuto). En realidad se llamaba Machlow (Maclovius, en latín). Nacido en el país de Gales, se hizo monje, teniendo por maestro a san Brenda el navegante. Con un grupo de monjes pasó el canal, estableciéndose en la Bretaña, en un lugar que se llamaba Alet. En imperfecto, porque con el tiempo empezó a llamarse, por el nombre mal pronunciado del santo obispo, Saint-Malo. Con detalles así se entiende mejor a quienes hablan de las “raíces cristianas” de un pueblo. Se hizo famoso porque curó fulminantemente a la hija del alcalde de una mordedura de serpiente venenosa, aplicando a la herida una hoja de hiedra mojada en agua bendita. Sin embargo, no supo o no pudo defenderse de las malas lenguas, que lograron desterrarle. Sería aleccionador hacer el recuento de los obispos desterrados a lo largo de la historia de la Iglesia. Y preguntarse por los desterradores. Un reverso de la historia ilustrador. | Cuando confieso a veces pongo de penitencia: leer el comienzo del capítulo tercero de la Carta de Santiago: « el que no falla con la lengua es varón cabal, capaz de frenar todo el cuerpo. A los caballos les ponemos bocado para que nos obedezcan,  y así guiamos todo su cuerpo. Observad las naves: tan grandes y arrastradas por vientos impetuosos; con un timón minúsculo las guía el piloto a donde quiere. Lo mismo la lengua: es un miembro pequeño y alardea de acciones grandes. Observad cómo una chispa incendia todo un bosque. Pues la lengua es fuego. Como un mundo de injusticia, la lengua, instalada entre nuestros miembros, contamina el cuerpo entero e inflama el curso de la existencia, alimentada por el fuego del infierno. La raza humana es capaz de domar y domesticar toda clase de fieras: aves, reptiles y peces. La lengua nadie la logra domar: mal infatigable, lleno de veneno mortífero. Con ella bendecimos al Señor y Padre, con ella maldecimos a los hombres creados a imagen de Dios. De una misma boca salen bendición y maldición».



ROQUE GONZÁLEZ DE SANTA CRUZ (1576 – 1628). El Puente Internacional San Roque González de Santa Cruz es un viaducto  sobre el río Paraná, inaugurado en 1990, que comunica las ciudades de Posadas (Argentina) y Encarnación (Paraguay), ambas ciudades fueron fundadas por él. La mayor hidroeléctrica del mundo en producción de energía lleva también su nombre. Hijo del escribano real Bartolomé González de Villaverde y de María de Santa Cruz, ambos nobles españoles, nació en Asunción. Primer santo criollo. Ordenado sacerdote con solo 22 años, párroco de la catedral de Asunción, entró en la Compañía de Jesús en 1609, y durante casi veinte años trabajó en civilizar a los salvajes de aquellas regiones, en reunirlos en Reducciones, y en instruirlos en la fe y vida cristiana. Fue muerto traidoramente por la profesión de la fe el 15 de noviembre de 1628 junto con Alfonso Rodríguez (1598 – 1628), español de Zamora y jesuita también. Dos días después y en otra Reducción, sufrió un cruelísimo martirio otro jesuita, Juan del Castillo (1595 – 1628), de Belmonte (Cuenca), intrépido defensor de los Indios contra sus opresores. Fueron canonizados, en Asunción, por Juan Pablo II en 1988.


Noviembre 16



MARGARITA DE ESCOCIA (1045-1093). Empezó diciendo: «Las Margaritas crecen y florecen durante todo el año». Más de un oyente pensó que en vez de clase de religión estaba en clase de botánica, y que el profesor se refería a las flores con hojas radiales en roseta, transovadas, espatuladas, con festones poco profundos y capítulos solitarios con el disco amarillo y las lígulas blancas. Pero el maestro quería subrayar que la memoria de las 22 Margaritas del martirologio está bien repartida a lo largo de los meses del año litúrgico. Concretamente en noviembre, el 2 recordamos a Margarita de Lorena, el 23 a Margarita de Saboya, hoy a Margarita de Escocia. Es decir tenemos «piedras preciosas» (que esto significa la palabra griega margarita) a granel. La del 16 nació en Hungría, debido al destierro de sus padres, que duró hasta que tenía once años. La casaron con el terrible rey Malcolm III al que logró «domesticar» no sólo con su belleza. Malcolm no sabía leer, pero leía los libros miniados con los ojos de la reina. Y con sus ojos descubrió que los llamados enemigos también eran hijos de Dios. Tuvieron ocho hijos. (David, además de rey, santo; y santa, la hija llamada Matilde). Dicen que los redactores del número 48 de la Constitución pastoral Gaudium et spes, dedicado a la santidad del matrimonio y de la familia, tuvieron muy presente la perla preciosa de nuestra Margarita. Por eso cada 16 de noviembre leemos en el oficio de lectura ese exquisito elogio del matrimonio y de la familia. Buena teóloga intervino en un concilio escocés defendiendo contra los cátaros (los ha habido, los hay y los habrá siempre) que los cristianos aún siendo pecadores, pueden recibir la eucaristía después de confesarse, porque el sacramento de la penitencia no se hizo para los santos, sino para los peregrinos. Desterrada al comienzo de su vida, sus restos, desterrados desde la reforma protestante, descansan en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial.



GERTRUDIS (1256-1302). «Que mi alma te bendiga, Dios y Señor, mi creador, que mi alma te bendiga y, de lo más íntimo de mi ser, te alabe por tus misericordias, con las que inmerecidamente me ha colmado tu bondad» rezaba la benedictina de Helfta, a donde entró a los cinco años (sin que ello le supusiese luego ningún handicap). Sus escritos místicos contribuyeron mucho a difundir la devoción al Sagrado Corazón.



EDMUNDO RICH (1180-1240). Seguir sus pasos enseña geografía inglesa. Nació en Abingdon, Berkshire. Estudió en Oxford y en París. Quedó sorprendido cuando Reynold, su padre, al quedar viudo, ingresó en un monasterio. Profesor de filosofía en Oxford, canónigo de Salisbury, obispo de Canterbury. Gran intelectual, hombre libre, buen pastor, chocó con Enrique III, obsesionado por apoderarse de los bienes de la Iglesia. Pro bono pacis, voluntariamente se expatrió, retirándose a la abadía de Pontigny. Quienes le veían, vestido de cisterciense, le confundían con su padre. Canonizado a los cuatro años de su muerte.



INÉS DE ASÍS (1197-1253). Catalina, hija segunda de Favarone y Ortolana, sintió tanto la fuga de Clara de la casa paterna el 14 de marzo de 1211 para consagrarse a Dios a lo Francisco de Asís que en la primera ocasión que tuvo huyó también ella. Tenía 14 años. «La desaparición de Catalina, refugiada junto a su hermana, provocó una nueva y aún más violenta reacción por parte de los familiares, que no estaban dispuestos a tolerar por segunda vez una iniciativa que era para ellos una afrenta a la riqueza y al poder de la noble familia». «Y un grupo de doce caballeros se abalanza sobre las dos hermanas en la serena quietud monástica del Santo Ángel de Panzo, arrastrando a la fuerza por la ladera del monte a la joven». Pero no pueden con ella. Por fin juntas. Después, «el bienaventurado Francisco con sus propias manos le cortó los cabellos y le impuso el nombre de Inés». Pasado el tiempo « el bienaventurado Francisco la envió como abadesa a Florencia, donde condujo a Dios muchas almas, tanto con el ejemplo de su santidad de vida, como con su palabra dulce y persuasiva, llena de amor de Dios». Muchos monasterios se glorían de haberla tenido como fundadora. Tras un lapso de diez años, la historia vuelve a presentar a Inés en la clausura de San Damián, cuando asiste a Clara en su prolongada agonía. «Para Inés que, oprimida por el dolor, no halla manera de contener las lágrimas abundantes y amargas, y suplica a su hermana que no se marche ni la abandone, Clara tiene palabras de ternura infinita, que hacen florecer una esperanza maravillosa en el corazón de Inés: Hermana carísima, es del agrado de Dios que yo me vaya; mas tú cesa de llorar, porque llegarás pronto ante el Señor, enseguida después de mí». «Al cabo de pocos días, Inés, llamada a las bodas del Cordero, siguió a su hermana Clara a las eternas delicias; allí entrambas hijas de Sión, hermanas por naturaleza, por gracia y por reinado, exultan en Dios con júbilo sin fin».



JOSEPH L. CARDIJN (1882–1967). Cardijn suena a JOC. «Convertuntur». Henry, su padre, era comerciante de carbón. Louise van Deele, su madre, le nació un 16 de noviembre. Sacerdote el 22 de septiembre de 1906. Pablo VI en 1965 le hizo cardenal. Cuando le felicitaban sonreía y decía que estaba muy contento porque le parecía como si el Papa hubiese hecho cardenal a un obrero.

            Cuando le pregunté por qué se había hecho sacerdote me contestó:

            «Es difícil precisar el día, y sobre todo el medio, que Cristo usó para llamarme a su servicio. Creo que he sido llamado desde el seno de mi madre, y que ella me crió con esa intención, y toda mi familia, todo mi ambiente, la ciudad y la iglesia de Notre-Dame de Hal, mis maestros y profesores, todo me ayudó a ello. Pero lo repito: fue ante todo mi madre, una simple obrera, que me enseñó a rezar, a conocer la Historia sagrada desde la creación hasta la Iglesia de hoy; y sobre todo, me enseñó a querer a los más pobres que yo, y a sacrificarme por ellos. Y lo que orientó mi apostolado sacerdotal fue descubrir, hacia mis trece o catorce años, que la juventud trabajadora se perdía desde la salida de la escuela y su entrada en el trabajo».






Noviembre 17



ISABEL DE HUNGRÍA (1207-1231). Hija del rey Andrés II, sobrina de santa Eduvigis, se casó a los 14 años con el landgrave de Turingia Luis IV. A los 20 años, al morir el marido-cruzado en Otranto, pasó de enamorada esposa, madre de tres hijos, a pobre y perseguida viuda. Aunque sólo tenía al morir 24 años, nos ha quedado el recuerdo de su abnegación para cuidar indigentes y la maravilla de su constante alegría.



GREGORIO TAUMATURGO (+ III). En Neocesarea del Ponto, san Gregorio, obispo, que, siendo aún adolescente, abrazó la fe cristiana, -junto con su hermano san Atenodoro asistió a las clases de Orígenes-, fue progresando en las ciencias divinas y humanas, y, ordenado obispo, brilló por su doctrina, virtudes y trabajos apostólicos. Cuentan que cuando le hicieron obispo en la ciudad sólo había 17 cristianos, y que al morir sólo quedaban 17 paganos. Seguro que por eso lo llamaron «taumaturgo». Le queda a uno la curiosidad de saber el censo de los habitantes de la ciudad.



ACISCLO y VICTORIA (+ 304). Hay que ir a Córdoba el 17 de noviembre para encomendarse a esos «2 mártires 2» y para saber detalles de su vida, que escapan a los historiadores críticos. Éstos -y los que redactaron el Martyrologium romanum en su última edición- prefieren hablar de «Victoria de Acisclo, mártir en Córdoba en tiempos de Diocleciano». Y todo porque san Isidoro de Sevilla en su «Historia gothorum» sólo señala que Agila, rey de los visigodos, por haber profanado el sepulcro de Acisclo, fue duramente derrotado. [Seguro que a san Isidoro aquel día le dio por el laconismo, para defenderse de los que le acusaban de la manía de tener que decirlo todo]. Yo sigo pidiendo a san Acisclo y santa Victoria que me ayuden a rezar el «Credo» entero. E incluso pienso que a san Isidoro le parecerá mejor que al rezarlo no elimine lo de: Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.



GREGORIO  DE TOURS (540 – 594). Se llamaba Jorge Florencio. Que cambió por Gregorio cuando en el año 573 le hicieron obispo. Del vigilante obispo recuerdan que «escribía en lenguaje claro y sencillo». ¡Afortunados diocesanos de Tours! Seguro que a él le habría encantado leer los que en el siglo XX escribió Guillermo Díaz Plaja: «La disciplina de la mente se hace del denodado esfuerzo con que se domina, se doma, la expresión escrita, lo que permite expresarse con corrección en la redacción, en la correspondencia, y, como consecuencia, en la expresión hablada, evitando los afluctivos tranquillos y muletillas con que se adorna nuestra cojitranca fraseología. Leed cartas, repasad informaciones por radio o por televisión. ¡Qué penosa, qué grotesca incapacidad para dar ilación al pensamiento! ¡Qué insistente acudir al «desde luego», al «o sea», al «bueno», al «pues», al galimatías! No le demos vueltas. Quien así se expresa tiene, también, cojitranco el pensamiento. La expresión clara y ordenada es el reflejo de una intelección lúcida. La frase es el espejo de la mente».




Noviembre 18



LA DEDICACIÓN DE LAS BASÍLICAS DE LOS APÓSTOLES SAN PEDRO Y SAN PABLO. La basílica de San Pedro fue edificada por el emperador Constantino sobre el sepulcro de san Pedro en la colina del Vaticano y al deteriorarse por el paso de los años fue reconstruida con mayor amplitud y de nuevo consagrada en este mismo día de su aniversario (1626). La basílica de san Pablo, edificada por los emperadores Teodosio y Valentiniano en la vía Ostiense, después de quedar aniquilada por un incendio fue reedificada en su totalidad (1854). Con su conmemoración se quiere significar la fraternidad de los apóstoles y la unidad en Iglesia. Visita virtual a las 2 Basílicas:





ODÓN (879-942). Cuentan que se hizo benedictino tras leer y quedar cautivado por la Regla de san Benito. Fue abad del celebérrimo monasterio de Cluny. ¿Qué hizo?  Afinó. /  Joaquín de Fiore, que escribió mucho, sintetizó la vida de un monje en diez palabras: «Qui vere monachus est nihil reputat esse suum nisi citharam» (Lo único que tiene el monje es su cítara). Ser monje es alabar a Dios. / Afinar: perfeccionar, precisar, dar el último punto a una cosa; poner en tono justo los instrumentos músicos con arreglo a un diapasón. / San Odón, ruega por nosotros, por favor, que andamos desafinados en un mundo sin finura.



ROSA FILIPINA DUCHESNE (1769–1852). Francesa de Grenoble. Entró en el convento de la Visitación de Ste. Marie-d'en-Haut, a los 18 años. La comunidad fue dispersada durante la Revolución Francesa. En 1804 Filipina oyó hablar de la Sociedad del Sagrado Corazón, y pidió a la fundadora santa Magdalena Sofía Barat ser admitida. En 1818 el Obispo de Louisiana buscaba ayuda para evangelizar los niños franceses e indios de su diócesis, y Filipina fue enviada. En St. Charles, cerca de St. Louis, Missouri, fundó la primera casa, una cabaña de troncos. En 1828 había fundado ya seis casas. (Saber que nunca llegó a aprender bien el inglés, consolará a más de uno). Cuando Filipina tenía 72 años, se abrió una escuela para los indios potowatomies en Sugar Creek, Kansas. Le dijeron: «Tienes que venir: quizás no podrás hacer mucho trabajo, pero con tu oración alcanzarás el éxito de la misión, y tu presencia atraerá muchos favores del cielo para la obra». Estuvo un año sin que flaqueara su valor pionero. Sus largas horas de contemplación inspiraron a los indios el llamarla «La-mujer-que-siempre-reza».



GRIMOALDO (1883-1902). Otro san Gabriel de la Dolorosa. Se llamaba Fernando Santamaría. Nació en Pontecorvo. Su padre estaba empeñado en que fuera soguero. Pero él dijo que sería pasionista. Se salió con la suya. Cuando se preparaba con fervor y alegría para ser sacerdote, consumido por la enfermedad a los 19 años, murió en Ceccano, junto a Frosinone. Juan Pablo II lo beatificó el 20 de enero de 1995. | Estoy intrigado. Tengo que leer su vida.




Noviembre 19



ABDÍAS (s. IX a. C.). Su nombre significa «Siervo del Señor». Es el cuarto de los doce profetas menores. El suyo es el más breve escrito profético que conservamos [1 capítulo, 21 versículos, 50 líneas, 567 palabras]. De su vida no sabemos nada. Nunca leemos nada en la eucaristía, mientras que de sus colegas Oseas, Joel, Amós, …  Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías, sí. Porque seguro que deseaba, como el poeta: «¡Que me salven la voz cuando me muera!», transcribo sus palabras de alcance universal:



            Porque está cerca el día del Señor para todas las naciones.

            Igual que vosotros bebisteis en mi santo monte,

            así beberán sin tregua todas las naciones;

            beberán y hasta lamerán la copa,

            y desaparecerán por completo.



BÁRLAAM  (+ 303). Su casi homónimo (Núm 22-25), hablaba y muy bien:[Oráculo de Balaán, hijo de Beor, oráculo del que escucha palabras de Dios y conoce los designios del Altísimo; que ve la visión del Poderoso, y cae en éxtasis con los ojos abiertos…]. En cambio al rudo montaraz cristiano Bárlaam no le salían las palabras. Pero habló, profesó su fe, con un gesto elocuente. Le llenaron la palma de la mano de incienso, obligándole a ofrecerlo a un ídolo. Aguantó sin rechistar, impávido, sin dar la vuelta a la mano, sin dejar que el incienso cayese sobre las brasas. Hay una homilía celebérrima de san Basilio en la que lo cuenta maravillado: «El hierro, reblandecido por la tiranía del fuego, cede. El bronce, obedece asimismo a su poder. Hasta la dureza de las piedras suele dejarse vencer por el fuego. Pero su violencia que todo lo doma, al quemar la mano extendida del mártir, no pudo doblegarla. ¡Gloria y honor al invicto campeón de Cristo!».



MATILDE (1241 – 1299). Matilde, de Hackeborn (por familia), Matilde, de Helfta (por monasterio). Cuando tenía 7 años con la madre visita a su hermana Gertrudis de Hackeborn, monja en el monasterio de Rodardesdorf. Y allí la dejan. Elegida Gertrudis abadesa en 1251, Matilde dice que se queda. En 1258, faltaba el agua, abadesa y monjas se trasladan a Helfta. Helfta será su monasterio. Nombrada maestra de coro y maestra de canto, será conocida por su voz. «Ruiseñor de Cristo» la llamaron. Tuvo como alumna predilecta a la que con el tiempo sería la gran Gertrudis de Helfta (1256-1302).  Pasan los años. Todos saben que canta y hace cantar. Nadie sabe de sus experiencias místicas. Cuando enferma, la nueva abadesa Sofía de Querfurt encarga  a dos monjas, que recojan sus palabras, sus recuerdos, sus experiencias. Será el célebre  Libro de la Gracia Especial. Matilde fue la que inauguró la práctica, la costumbre, de rezar diariamente tres avemarías: «Dios te salve por la omnipotencia del Padre; Dios te salve por la sabiduría del Hijo; Dios te salve por la bondad del Espíritu Santo».




Noviembre 20



EDMUNDO (841 – 870). Rey de Estanglia (Kingdom of East Anglia). Nihil novum sub sole. In illo tempore las razzias  (incursión, correría, en un  país enemigo, sin más objeto que el botín) estaban a la orden del día. El joven rey se enfrentó con un pequeño ejército a los daneses abusones, capitaneados por tres terribles hermanos: Halfdene, Ivarr y Ubba. Hecho prisionero, prometieron liberarlo si abjuraba de su fe cristiana. Sin dudarlo dijo «no» dos veces. Lo asesinaron a flechazos.



FRANCISCO JAVIER CÂN (1803-1837). a) «Una vez proclamado el kerigma, la tarea de las comunidades cristianas consistía en preparar a los futuros creyentes mediante una instrucción completa y esencial que ampliase y profundizase al mismo tiempo los elementos del anuncio propiamente dicho. Esas instrucciones se llaman “catequesis”, del verbo κατηχέω = enseñar de viva voz, pero en donde la enseñanza no es más que el eco de una palabra que ya está dicha: la de Dios. En este sentido la catequesis es en primer lugar el resonar de la palabra de Dios mediante la voz del catequista»; b) «Anem, anem a doctrina, que el bon Déu crida els infants,els àngels estan a la porta, per a donar-nos les mans». / «Tan bé que estem aquí, ja ens hem de despedir, Jesús i Maria doneu-nos bona guia pel camí», cantábamos al terminar la catequesis del domingo. a) y b) se me sobreponen ahora cuando recuerdo a Francisco Javier Cân, el mártir catequista, extrangulado y decapitado por su fe, a los 34 años, en Hanoi, Viet Nam, en tiempos del emperador Minh Mang. Buen título el de «resonador de la Palabra» a la hora de presentarse a la puerta del cielo.



MARIA FORTUNATA VITI (1827-1922). Cuando la llevaron a enterrar a una fosa común, las de su monasterio decían que realmente había sido «extraordinaria», refiriéndose a su longevidad. Solo. Cuando Pablo VI la elevó a los altares 45 años después dijo que Anna Felice había sido heroicamente extraordinaria en fe, esperanza y caridad; en prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Desde que tenía 14 años tuvo que hacer de madre de sus ocho hermanos, sin tiempo para aprender a leer. Entró en las benedictinas de su pueblo, Veroli, (“las monjas buenas”, las llamaban) a los 24 años, porque decía que quería ser buena. ¿Más? Monja «conversa», aunque nunca tuvo que convertirse, tejía y cosía, cosió y tejió, sin distraerse, sin parar, durante más de 26.000 días en jornadas que empezaban a las 03,30. Cantando salmos aprendidos de memoria en un latín que no entendía. Saludando a «Santa María, Madre de Dios» una y mil veces cada día. Aunque le cambiaron el nombre al entrar en el monasterio, María Afortunada nunca dejó de ser Feliz. Tan discreta, que nadie se daba cuenta.



ÁGELES LLORET MARTÍ y COMPAÑERAS (+1936) (20 noviembre)



            Es costumbre al hacer memoria de grupos de mártires poner el nombre del primero –con el del segundo o tercero, todo lo más– y despachar el resto con la frase «y compañeros mártires». [Es verdad que en la última edición del martirologio romano los nombres de los «compañeros» figuran en letra pequeña en nota a pie de página. Pero ¿quién lee las notas, si es que consulta el martirologio?]

            Esta vez, no. Mención expresa, con nombre y apellidos, de cada una de las 15 mártires valencianas, cuya fiesta «in solidum» se celebra este día. Es justo, y encima funcional, ya que a la hora de pedir la intercesión celestial es práctico no tener que aguardar turno, dado que los anónimos «compañeros» –al no figurar en el listín telefónico– suelen tener más bien pocas llamadas desde este valle de lágrimas.



ÁNGELES LLORET MARTÍ. En Jersey City, la ciudad del estuario del río Hudson, tras enterarse de la beatificación de Madre Ángeles empiezan a preguntarse si no convendría nombrarla su patrona. No por haber nacido en Villajoyosa o por la valentía de haber aceptado ser Superiora General de la congregación de Hermanas de la Doctrina Cristiana en tiempos realmente difíciles, sino por el gesto  –quizá único en la historia de la Iglesia– de haberse ofrecido con sus hermanas a trabajar por quienes las perseguían. Con lana requisada que les llevaban los milicianos, confeccionaron hasta 20 jerseys. Lástima que quienes se resguardaron del frío aquel invierno de 1936 con aquellas prendas de vestir, de punto, no sospecharan que habían sido amorosamente tejidas por manos de ángeles.



SUFRAGIO ORTS BALDÓ. Alteana de pro. Al confirmarla en Benidorm, cuando trazó la cruz sobre la frente de Antonieta, ¿notaría el cardenal Sancha el coraje futuro de aquella muchacha? ¿Le cambiaron el nombre de Antonia por el de Sufragio, que quiere decir «ayuda», «socorro», como intuyendo su sino? Cuando la nombraron Maestra de novicias, ¿imaginaba que la nombraban Maestra de mártires? Porque ella fue la que, como otra madre de numerosos hijos (2 Mc 7, 1-41), no sólo comunicó con rostro sonriente a Madre Ángeles y a las otras 13 Hermanas la orden de detención, sino que «durante el camino, pese a ser una de las más jóvenes del grupo, iba exhortando a todas a ofrecer la vida por Dios, a perdonar a los verdugos, rezando por ellos; y ya en el lugar del suplicio, seguía animando a las otras, siendo la última del grupo en morir».



MONTSERRAT LLIMONA PLANAS. De los 54 años que vivió en la Congregación, fue Superiora General 33 años. Todo un récord. Encarnaba de manera casi perfecta la silueta soñada por san Benito: «Prefería siempre la misericordia a la justicia; odiaba los vicios, amaba a las monjas; en la corrección procedía con prudencia y en nada era excesiva, no fuera que queriendo raer demasiado la herrumbre, se quebrara el vaso; tenía siempre en cuenta su propia fragilidad y se acordaba de no quebrar la caña hendida; procuraba ser más amada que temida».



JOSEFA MONGOCHE HOMS. Sí, la vocación es un microbio. Un microbio que se contagia. Hay padres que con la vida transmiten microbios de vocación. Microbios que se propagan y desarrollan en un ambiente cristiano. De ahí el contagio entre hermanos. Pedro Mongoche e Isabel Homs eran portadores del microbio. Tanto, que sus cinco hijos estuvieron infectados por él: las 4 hijas, religiosas, y el único varón, que murió siendo seminarista. Josefa, nacida en Ulldecona, profesaba una tierna devoción a la Virgen de la Cinta, patrona de Tortosa. Se sabía casi de memoria «Las glorias de María» de san Alfonso M. de Ligorio. Era especialista en confeccionar tocas para sus hermanas aunque no pudo terminar la última aquel 20 de noviembre, porque a las 7 de la tarde se la llevaron en un coche de línea a cantar en el cielo los maitines de la fiesta de la Presentación de la Santísima Virgen.



TERESA DUART ROIG. Conocemos por escritos cristianos antiguos palabras de Jesús que los evangelios no traen. Cada una de estas palabras de Jesús se llama en griego «ágraphon» (no escrito). Pero el corazón del hombre es también un «ágraphon» del Señor, y quizá sin esta palabra no sabríamos leer el evangelio. De Teresa, que tenía dotes excepcionales para la pintura, han desaparecido totalmente los cuadros y tapices que pintaba. Pero se han conservado en el corazón de sus antiguas novicias estos dos «ágraphon»: «Vale más hablar con Dios, que hablar de Dios»; «Aquí trabajar, en el cielo descansar». Con ellos, y con su ejemplo de filial devoción profesada desde su infancia a la Virgen de los Desamparados», también nosotros podemos leer mucho mejor el evangelio.



ISABEL FERRER SABRIÁ. Horacio decía que «a los pintores y poetas todo les está permitido». Sugiero, pues, que en el tapiz que Vilanova i la Geltrú va a encargar en recuerdo del bautizo de Isabel en la parroquia arciprestal, la pinten con la cara de Madre Micaela Grau, un báculo y una montaña de granos… de rosario. Con la cara de Madre Micaela, a falta de una fotografía de Isabel, porque las tres fundadoras (M. Micaela, M. Esperanza y M. Isabel) se «parecían» mucho. Un báculo o bastón, en vez de la consabida palma del martirio, porque a los 84 años (¿cuántos mártires del martirologio la ganan edad?) no estaba Isabel para llevar mucho peso. Y la montaña de granos, porque a ojo de buen cubero, en su vida puso a buen recaudo un millón largo de avemarías.



EMILIA MARTÍ LACAL. Huir: apartarse con velocidad de personas, animales o cosas para evitar un daño, disgusto o molestia, explica el Diccionario. Dicen que la Fundadora, profesaba especial cariño por Emilia. Dicen que cuando la fundación del colegio de Carlet las dos hablaban ratos y ratos a solas y en voz baja. A M. Micaela le quedaban 4 meses de vida. A Emilia le faltaban 9 meses para cumplir 24 años. El hecho es que Emilia en pleno mes del rosario abandonó, rosario en mano, clandestinamente la casa de sus padres para seguir su vocación. ¿La ayudó desde el cielo la Fundadora? Los huidores y huidoras de hoy tienen a quien encomendarse si hace falta apartarse con velocidad…



CORAZÓN GÓMEZ VIVES / GRACIA PAULA DE SAN ANTONIO / IGNACIA PASCUAL PALLARDÓ. En el cielo las llaman «el terceto valenciano de la Doctrina Cristiana». Porque las tres nacieron en Valencia capital. Sor Corazón y Sor Gracia cantan a dúo, mientras Sor Ignacia prefiere la voz baja del acompañamiento. Las del dúo a veces se distraen recordando sus años de estudiantes en la Escuela Normal de Valencia, el noviciado en Mislata o las clases a los niños en Turís. En cambio a Sor Ignacia las distracciones le vienen del lado de Sant Vicençs del Horts o por los elogios del agua de su tierra para preparar el mejor arroz. Pequeños detalles que en la vida de los inmortales tienen su importancia. En las grandes fiestas, sobre todo la del 20 de noviembre, las tres sacan su mejor repertorio: «El tambor de granaderos», «La revoltosa», «La patria chica»… porque el maestro Chapí les recuerda su calle, que fue para ellas el último trampolín para el cielo.



SOCORRO JIMÉNEZ BALDOVÍ / PAZ LÓPEZ GARCÍA. «Dar prodigiosamente. Por cada gota de agua devolver un torrente. Fuimos hechos así, hechos para botar semillas en el surco y estrellas en el mar. Y ¡ay! del que no agote Señor, tu provisión. Y al regresar te diga: ¡Como alforja vacía está mi corazón!». Ni Sor Socorro ni Sor Paz, que se llevaban 5 meses menos un día, conocieron la letra de estos versos. Pero sí la música. Sor Socorro la aprendió con las hijas de santa Joaquina Vedruna en la Casa de Misericordia de Valencia. Allí fue muy amada. Para hacer fructificar tanto amor optó por los más pequeños: ayudaba en las clases de párvulos, a quienes trataba con cariño verdaderamente maternal. Sor Paz, como enfermera «oficial» de la Casa Madre, curaba cuerpos y almas, con tanta ternura que a doña María Ortells, una señora retirada que vivía con las religiosas, no se le ocurrió nada mejor que acompañar el 20 de noviembre a las 15 mártires al Picadero de Paterna, para subir al cielo con su enfermera. Sor Paz y Sor Socorro como alforja vacía tenían el corazón.



DOLORES SURÍS BRUSOLA. «La vocación es como un itinerario con señales de pista. Cada señal lleva a la señal siguiente, sin saber el término definitivo…» Bautizada en la catedral de Barcelona, pasaba los veranos con sus tíos en Cabrera de Mar. Allí iba a misa diariamente a la capilla de las Hermanas de la Doctrina Cristiana. Allí apareció la señal de pista que en 1918 la llevó a Mislata, donde encontró a la Maestra de novicias pintora que repetía: «Vale más hablar con Dios, que hablar de Dios». 18 años después las dos Le oyeron decir: «Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, él solo queda; mas si muriere, lleva mucho fruto…»



CATALINA CALPE IBÁÑEZ. Ahora Sueca es célebre por Joan Fuster el que desde 1922 exploraba la sombra. Pero la ciudad, que ofrece un plano en damero, vio nacer allí mucho antes una dama que durante 81 años exploró la Luz. Se llamaba Catalina. ¿Qué hizo? Para gloria de Dios y servicio de sus hijos, por obediencia, se trasladó a Valencia. Y allí fue cocinera «full time». Años y años. Cuentan que lo que más le tentaba no eran los membrillos, sino la lectura y las escapadas a visitar a la Virgen de los Desamparados. Cuando la tormenta del 36, dejó el Colegio y pasó a la calle Maestro Chapí, nº 19, donde perfumó la casa con sus jaculatorias. Hasta el 20 de noviembre, que avanzó a paso lento, los años, hasta la plena Luz.



ÁUREA NAVARRO. Marcela de Santo Tomás, en religión. «Bien es que os digamos luego en la entrada / cuál nombre le pusieron cuando fue bautizada: / como era preciosa más que piedra preciada, / nombre había de oro, Áurea era llamada». Áurea (de la que desconocemos la fecha exacta de su nacimiento e incluso su segundo apellido) fue la más afortunada de las novicias de Sor Sufragio. Las otras, a finales de julio, regresaron a casa de sus padres ante las perspectivas sombrías. La pobre Áurea, sin noticias desde hacía tiempo de sus familiares, tuvo que quedarse con las Madres. ¿Pobre? Fue su gran oportunidad. Así, la última de las novicias se enriqueció con la palma áurea del martirio. Y ha enriquecido ante el mundo a su albaceteño pueblo de La Roda.


Noviembre 21



PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN. «Al día siguiente de la dedicación de la basílica de Santa María la Nueva, construida junto al muro del antiguo templo de Jerusalén, se celebra la dedicación que de sí misma hizo a Dios la futura Madre del Señor, movida por el Espíritu Santo, de cuya gracia estaba llenas desde su Concepción Inmaculada». |  La niña María -¡qué gracia en su vuelo!-, paloma del cielo, al templo subía y a Dios ofrecía el más puro don: sagrario y mansión por él consagrada y a él reservada es su corazón | ¡Oh blanca azucena!, la Sabiduría su trono te hacía, dorada patena, de la gracias llena, llena de hermosura. Tu luz, Virgen pura, niña inmaculada, rasgue en alborada nuestra noche oscura (Bernardo Velado).



RUFO (s. I) No san Rufo de Aviñón (14 noviembre), san Rufo de Capua (27 agosto), san Rufo de Roma (27 agosto) san Rufo de Nagasaki (10 septiembre), ni san Rufo compañero de Zósimo (17 octubre). El del 21 de noviembre era ¿rubio, rojo o bermejo? ¿tenía el pelo ensortijado? ¿era el hermano de Alejandro e hijo de Simón, natural de Cirene, que venía del campo, y le obligaron a llevar la cruz de Jesús (Mc 15, 21)? ¿era el «creyente distinguido» al que Pablo saluda en la carta a los Romanos «y a su madre, que es como si fuera mía» (Rom 16, 13)? Los de Tortosa no se lo preguntan. Afirman que la lista completa de sus obispos va de: 1. San Rufo; 2. Macià; 3. Quart; 4. Eustaqui; 5. Exuperanci; 6. Herodot… a: 87. Ricard Maria Carles; 88. Lluís Martínez Sistach; 89. Xavier Salinas i Viñals.



GELASIO I (+ 496). El nombre de Gelasio para mí va unido al Denzinger, aquel libro que cuando estudiábamos teología usábamos para probar tesis y aprobar exámenes, pese a que don Pedro Altabella nos dijo que teníamos que rezarlo de rodillas. El Denzinger, con fragmentos de sus escritos: De erroribus semel damnatis non rursus tractandis (161), De canone S. Scripturae (162), De primatu Rom. Pont. et Sedibus Patriarchalibus (163), De auctoritate Conciliorum et Patrum (165), De apocryphis “qui non recipiuntur” (166), De remissione peccatorum (167), De duabus naturis Christi (168). Nunca me fijé en la «S», de santo, que iba delante de su nombre. Y ahora me entero que aquel gran papa de origen africano «el más destacado del siglo V, después de san León Magno, movido por su caridad sin medida y las necesidades de los indigentes, murió en la más extrema pobreza». Gran teólogo y gran antropófilo, alabado sea Dios.





FRANCESCA SIEDLISKA (1842-1902). Polaca. Beatificada el 23 de abril de 1989, con el nombre de María de Jesús Buen Pastor. Fundadora de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret. 60 años de vida, bien movida. Así como las personas normales tenemos un ángel de la guarda, ella tuvo por lo menos tres: el ángel de la guarda de cupo, un capuchino lituano llamado Leandro Lendzian y el resurreccionista Piotr Semenenko. Hija mayor de Adolfo Siedliska y Cecilia Morawska. Con sus padres recorrió muchos kilómetros: Suiza, Alemania, Francia, a lo «fugitivo». Como fundadora miles: 1885, 1889, 1896 a Chicago donde abrió tres casas; 1892, París; 1895, Londres. El papa Pío IX la recibió el 2 de octubre de 1873, y le dio alas, aprobando la fundación.  Leyendo la vida de esta cristiana he de confesar que me he dado cuenta de que sé muy poco de Polonia y menos de los polacos. Y que los caminos de Dios son realmente infinitos. Pero que a solas… son muy peligrosos.


Noviembre 22



CECILIA (s. III). Apenas sabemos nada de esta mártir romana (quizá sólo que en su casa se reunía una comunidad cristiana). Pero pronto la leyenda imaginó para suplir lo que la historia olvidó. Y ya que la leyenda dice que Cecilia «cantaba en su corazón mientras resonaban los instrumentos musicales de sus nupcias», músicos y cantores la eligieron por patrona.



FILEMÓN y APIA (s. I). La carta más breve del Apóstol de la gentes, empieza así: «Pablo, prisionero por Cristo Jesús, a nuestro querido colaborador Filemón, y a la hermana Apia». Matrimonio de Colosas, se les había escapado el esclavo Onésimo, y el prisionero les pide «con la certeza de que haréis más de lo que os pido» que sean buenos con Onésimo, que regresa con el valor añadido de haber sido bautizado por Pablo; y que le preparen hospedaje, para reponerse al salir de la cárcel. La casa del matrimonio era donde se reunía la iglesia de Corinto. Su casa, que hacia el año 70 se convirtió en altar donde fueron lapidados.



TOMÁS REGGIO (1818-1901). El 3 de septiembre de 2000 Juan Pablo II beatificó a:

Pío IX, Juan XXIII, Tomás Reggio, Guillermo-José Chaminade y Columba Marmion. El tercero, absolutamente desconocido para mí. Por lo que me fijé en lo que decía de él:

«Las palabras "Llevad a la práctica la Palabra y no os limitéis a escucharla" (St 1, 22). nos hacen pensar en la existencia y en el apostolado de Tomás Reggio, sacerdote y periodista, que fue obispo de Ventimiglia y, luego, arzobispo de Génova. Fue hombre de fe y cultura y, como pastor, supo convertirse en guía atento de los fieles en todas las circunstancias. Sensible a los múltiples sufrimientos y a la pobreza de su pueblo, organizó una ayuda oportuna en todas las situaciones de necesidad. Precisamente para este fin fundó la familia religiosa de las Religiosas de Santa Marta, encomendándoles la tarea de ayudar a los pastores de la Iglesia, sobre todo en el campo de la caridad y la educación. Su mensaje puede resumirse en dos palabras: verdad y caridad. Ante todo la verdad, que significa escucha atenta de la palabra de Dios e impulso valiente en la defensa y en la difusión de las enseñanzas del Evangelio. Y luego, la caridad, que estimula a amar a Dios y, por amor a él, a abrazar a todos, por ser hermanos en Cristo. Si hubo alguna preferencia en las opciones de Tomás Reggio, fue por los que atravesaban dificultades y los que sufrían».



PEDRO ESQUEDA RAMÍREZ (1887 – 1927). Nació en San Juan de Lagos, Jalisco. Monaguillo, seminarista, sacerdote en 1916, coadjutor en San Juan de Lagos el resto de su vida. Cuando la persecución, se quedó en su pueblo para seguir a escondidas administrando los sacramentos. A quien le aconsejó escapar, le contestó: «Dios me trajo, Dios sabrá». El 18 de noviembre de 1927, el teniente coronel Santoyo, capturó al presbítero Esqueda. Permaneció incomunicado cuatro días en una pequeña habitación a oscuras. Torturado, le rompieron un brazo. El 22 de noviembre, fue conducido a Teocaltitlán. A la salida de la población Santoyo, localizó un árbol de mezquite cuyas ramas servían como tapanco de pastura. Con la intención de quemar a su víctima, ordenó al clérigo subirse al árbol encima del rastrojo. Ante la inutilidad de sus esfuerzos, con el brazo roto, Santoyo lo colmó de injurias y, acto continuo, le vació la carga de su pistola. | Lacónicas actas de los mártires, escritas no en latín, con Santoyo en vez de Poncio Pilato, en Teocaltitlán en vez de Jerusalén, con un mezquite cuyas ramas servían de tapanco como Calvario. Con las mismas palabras del Maestro: «Padre, perdónale, porque no sabe lo que hace».


Noviembre 23 



CLEMENTE I (s. I). Lino, Cleto, Clemente... Tercer sucesor de Pedro en Roma, que preocupado por lo revueltos que andaban los cristianos de Corinto, les escribió una carta de antología: «Ni los grandes podrían hacer nada sin los pequeños, ni los pequeños sin los grandes; la efectividad depende precisamente de la conjunción de todos. Tomemos como ejemplo a nuestro cuerpo. La cabeza sin los pies no es nada, como tampoco los pies sin la cabeza; los miembros más ínfimos de nuestro cuerpo son necesarios y útiles a la totalidad del cuerpo; más aún, todos ellos se coordinan entre sí para el bien de todo el cuerpo. El fuerte sea protector del débil, el débil respete al fuerte; el rico dé al pobre, el pobre dé gracias a Dios por haberle deparado quien remedie su necesidad. El sabio manifieste su sabiduría no con palabras, sino con buenas obras; el humilde no dé testimonio de sí mismo, sino deje que sean los demás quienes lo hagan». San Clemente, ¿por qué ha habido y hay tantos Corintos a lo largo de los siglos?



COLUMBANO (543-615). «Dos monjes encontraron en un viejo libro de la biblioteca del monasterio que había un lugar, al extremo del mundo, donde cielo y tierra se tocaban. Por lo que decidieron partir en su busca, para no regresar hasta haberlo encontrado. Recorrieron la tierra, corriendo innumerables peligros, sufriendo privaciones y las dificultades lógicas de una peregrinación tan prolongada. Y para colmo, les acecharon mil y una tentaciones, algunas realmente seductoras. Pero nada les desvió de su meta. Estaban convencidos de que en algún lugar existía la anhelada puerta. Y que bastaría con empujarla para encontrarse con Dios cara a cara. Por fin dieron con ella y llamaron temblando de emoción. La puerta fue abriéndose despacio. Entraron los dos monjes ansiosos y… se encontraron en el monasterio, cada uno en su celda». Esta historieta medieval refleja lo que para el abad Columbano eran los monasterios. Por eso fundó profusamente por Irlanda, Inglaterra, Borgoña, Suiza y Liguria. En Italia le llaman Columbano di Bobbio porque el último que fundó y donde murió fue en Bobbio. Agustín Altisent, monje de Poblet, escribió la historia de la puerta del cielo con lenguaje moderno: «He tenido que enseñar la parte monumental del monasterio a un grupo de universitarios extranjeros. Al final, un húngaro ha querido hablar a solas conmigo. Se ha informado sobre algunas cosas relativas a mi dedicación intelectual, etc. De repente, me ha dicho con timidez, si podía hacerme una pregunta delicada. “¡Claro!” Y le he recordado que los diplomáticos dicen que no hay preguntas indiscretas sino sólo respuestas indiscretas. La pregunta era: “¿Es usted feliz?”. Le he contestado que, felices felices lo son sólo las vacas y las coliflores. Que allí donde el hombre vive y tiene su gloria tiene también su pena y que todos los paraísos son perdidos hasta nueva orden (la que esperamos después de vuelta la última esquina). “Pero –he añadido con firmeza– eso sí: si tuviera que volver a empezar no sé lo que haría, pero sí sé lo mejor que podría hacer: volver a entrar, y precisamente aquí”».



PADRE PRO (1891 – 1927). Si Barlow escribe «Somos lo que somos por los encuentros que hemos tenido. Influimos en los otros con frecuencia sin darnos cuenta», yo puedo afirmar rotundamente: «Soy lo que soy por el Padre Llorente y el Padre Pro». Siendo seminarista nos leían sus maravillosas crónicas desde Alaska y nos hablaban del mártir mexicano. Ellos curaron mi miopía de corazón. Pasados los años he podido preparar la edición de “Cuarenta años en el Círculo Polar” y peregrinar a Guadalupe, Zac, a la humilde casa donde nació el Padre Pro. [Juan Pablo II en su visita a Zacatecas en mayo de 1990 recordó que el testimonio del Padre Pro le había estimulado vivamente en sus años de seminarista]. El Padre Reséndez me contó tantas «hazañas», hilarantes incluso, que me gustaría publicar un volumen con mil anécdotas de su vida, muchas al estilo de El candor, la sagacidad, el secreto del Padre Brown. | Miguel Agustín Pro Juárez nació el 13 de enero de 1891. Jesuita a los 20 años, debido a la persecución religiosa termina sus estudios teológicos y es ordenado sacerdote en Enghien, Bélgica, el 30 de agosto de 1925. A la hora del besamanos cuando sus compañeros recibían los parabienes de sus familiares, él se fue a su habitación y ahí a solas, ante una foto de toda su familia les impartió la primera bendición sacerdotal. Antes de lo previsto, enfermo (del estómago, como san Bernardo), regresa a México. Allí no para, cual otro «fugitivo» confiesa, predica en voz baja, de estación en estación. Sus días tenían más de 24 horas. «La celebrazione quotidiana della santa Messa era il centro della sua vita, così come fonte di forza e fervore per i fedeli. Padre Pro aveva organizzato le cosiddette “stazioni eucaristiche” in domicili particolari, in cui quotidianamente si poteva ricevere di nascosto il corpo del Signore durante gli anni della persecuzione» (Juan Pablo II). Hasta que 23 de noviembre de 1927, acusado falsamente de estar involucrado en un atentado contra el dictador, muere gritando: "Viva Cristo Rey".






Noviembre 24



ANDRÉS DUNG LAC y COMPAÑEROS MÁRTIRES (s. XVIII-XIX). La lista oficial de los 117 mártires vietnamitas canonizados por Juan Pablo II, empieza con Andrés Dung Lac y termina con Vicente Tuong. Entreverados figuran 11 españoles dominicos (6 obispos y 5 sacerdotes) y 10 franceses (2 obispos y 8 sacerdotes). Repasar la lista es evocar una larga letanía de testigos de la fe, caídos por Dios y por Vietnam (que entonces se llamaba Tonkin, Annam y Cochinchina), teniendo presente que los canonizados en 1988 son sólo la cabeza del iceberg de los innumerables 130.000 sacrificados por profesar la fe, no en tiempos de Poncio Pilato, sino de Trinh-Doanh, Trinh-Sam, Canh-Trinh, Minh-Mano, Thieu-Tri y Tu-Duc (que evidentemente no aparecen en el tapiz de la canonización). Sí he localizado a Valentín de Berriochoa, Francisco Gil de Federic, de Tortosa, Teófanes Vénard, del que escribía Teresa de Lisieux: «Teófanes Vénard me gusta todavía más que san Luis Gonzaga, porque la vida de san Luis Gonzaga es extraordinaria, mientras que la suya es ordinaria». Y añadía: «Mi alma se parece a la suya. Fue él quien mejor vivió mi camino de infancia espiritual».



PORCIANO (+ 532). «El hábito que hizo al monje» es un cuento medieval realmente impresionante [Cf. M. Zink, El juglar de Nuestra Señora, 185-188]: «Érase un goliardo llamado “leche-frita”, que  decidió preparar un gran golpe que le enriquecería para siempre. Se hizo monje, para poder robar un día las riquezas del monasterio. Pero… los monjes le robaron el corazón. No es el caso de Porciano, pero… Era esclavo, buscó refugio y libertad en el monasterio de Miranda, en Aquitania. Se hizo monje. Llegó a abad, hombre bueno, de enorme autoridad moral, se enfrentó a Thierry, rey merovingio de Austrasia, para que dejase libres a sus prisioneros  [por experiencia sabía lo que era aquello], y murió allí de viejo. No le declararon “padre de la patria”, pero sí le hubiese podido condecorar como “redentor de cautivos”.



COLMAN DE CLOYNE (522 – 600). Imprescindible añadir lo «de Cloyne». [Colman probablemente fue el nombre más popular en la antigua Iglesia irlandesa. El martirologio de Donegal enumera 96 (santos, se entiende). El de Leinster, 209. ¡Que ya está bien!] El santo de hoy, al que con el tiempo apellidaron de Cloyne, nació en Cork. Era poeta y  trabajaba de bardo en la corte de Cashel.  Buena voz. Bautizado por san Brendan, harto de trasnochar en la corte, abrazó la vida monástica (nada es perfecto, porque tuvo que acostumbrarse a madrugar). Ordenado sacerdote, llegó incluso a predicar en su pueblo (los que no son sacerdotes no saben la felicidad de uno cuando le invitan a predicar en la Fiesta Mayor del pueblo. Y más si todavía viven los padres). Fundó la Iglesia de Cloyne, llegando a ser su primer obispo. Nunca perdió la finura de poeta. Bienaventurados los pueblos en los que florecen los poetas.



FLORA y MARÍA (+ 856). Joven cordobesa que con su amiga María fueron encarceladas en tiempo de la persecución mahometana, coincidiendo en la cárcel con san Eulogio, tan chispeante en el decir y en el escribir. Les decía Eulogio que si salía con vida de aquella, en la segunda edición de su «Memorial de los santos» las incluiría a ellas. No hubo segunda edición corregida y aumentada aquí en la tierra, porque murieron antes, testificando que Jesús es el Hijo de Dios.




Noviembre 25



CATALINA DE ALEJANDRÍA (s. inc.) Patrona de los amantes de la sabiduría, los filósofos. Su sepulcro es venerado en el célebre monasterio del Monte Sinaí. De ella cuentan que era una joven superdotada en inteligencia y en belleza. Como no podían contradecir sus explicaciones en favor de Jesús, camino, verdad y vida, la mataron. En la Edad Media la representaban discutiendo con los filósofos paganos. [Como a san Jorge, los historiadores trataron de eliminar su nombre del santoral. No pudieron, claro. Para alegría de los estudiantes de filosofía. Habría eliminado la fiesta de su Patrona].



MOISÉS (+251). La enorme talla de quien sacó a los israelitas de Egipto (su fiesta es el 4 de septiembre) hace que el nombre de Moisés suene exclusivamente a él. Pero hay otros santos que se llamaron así: un Moisés del Sinaí, pacificador (7 febrero), un Moisés etíope, ex-ladrón (28 agosto), y el Moisés de hoy. Discreto (sensato a la hora de obrar) papel secante del orgulloso primer antipapa Novaciano. Papel secante: entre el papa Fabián y el papa Clemente pasaron bastantes meses de “sede vacante”. Durante este tiempo Moisés hizo de sensato “vicario general” evitando que las ideas rigoristas se impusieran en el clero romano (formado por 46 presbíteros, 7 diáconos, 7 subdiáconos, 42 acólitos y 52 exorcistas y lectores) y sobre todo que no fuera elegido papa Novaciano. La redacción del Martirologio lo cuenta así: Moisés, al ser martirizado el papa san Fabián, cuidó, junto con el colegio de presbíteros, de los hermanos de la Iglesia, y determinó que debía otorgarse la reconciliación a los lapsos, a quienes consolaba frecuentemente. Elegido por fin papa Clemente, desapareció de la escena «coronado con un martirio glorioso y admirable». [Para más detalles estudiar la “tinta china” de Novaciano y el novacionismo].



MERCURIO (+ 250). Sus «modernos» progenitores, por ir en contra de lo cristiano, le pusieron «Mercurio». Y así consta en la partida de nacimiento. Él creía que su familia comerciante pensaría en el dios romano protector del comercio, mensajero de los dioses. Evidentemente, no, por el elemento químico Hg 80, el de los termómetros de antes. Ni, por el planeta solar más próximo al sol. Cuando quiso bautizarse me consultó que qué nombre cristiano podría quedarle bien. Qué sorpresa cuando le dije que se quedase con Mercurio, nombre de santo cristiano, oficial romano martirizado en tiempos de Decio en Cesarea de Capadocia, cuya fiesta se celebra el 25 de noviembre. Además como había nacido un miércoles (día de Mercurio), miel sobre hojuelas. Así podríamos celebrar su «santo» cada semana. Lo hacemos.



PEDRO YI HO-YONG y ÁGUEDA YI SO-SA (1838) Navegando por el mar de Corea, repasando la lista de 103 mártires coreanos canonizados el 1984 por el papa Juan Pablo II, descubrimos que no todos murieron ni el mismo día ni el mismo año. Que los primeros, los protomártires, fueron el catequista Pedro y su hermana Águeda. Ambos permanecieron inquebrantablemente firmes en la fe, pese a romperle a Pedro tres huesos y tenerles encarcelados durante cuatro años. «Concédenos, Señor Jesús, por su ejemplo e intercesión, perseverar también nosotros hasta la muerte proclamando nuestra fe».


Noviembre 26



SIRICIO (+ 399). Es un santo al que profeso agradecida devoción desde los tiempos del Denzinger. Por «su culpa» me dieron sobresaliente en Historia de la Iglesia. Ahora que el Padre Llorca está en la gloria puedo contarlo. Me preguntó por san Dámaso y las catacumbas. Para mayor abundamiento le hablé de su sucesor, san Siricio. Al que él ni lo había mentado en clase. En el Denzinger no me habían llamado la atención los temas: De primatu Romani Pontificis (87); De baptismo haereticorum (88); De matrimonio christiano (88ª); De coelibatu clericorum (89);  De ordinationibus monachorum (90); sino que hubiese escrito en el año 385 una carta a Himerio, obispo de Tarragona. Tarragona, mi ciudad. Agradecido, luego me «especialicé» en san Siricio. El gran Ambrosio de Milán le consideraba un verdadero maestro. Y él, Papa de 384 a 399, no tenía reparo es decretar con energía: jubemus, inhibemus, mandamus, decernimus, intemerata permaneat, tenenda sunt decretalia constituta… Valiente san Siricio, gracias.



LEONARDO DE PORTO MAURICIO (1676-1751). Ojos azules, hijo de marinos genoveses. En vez de viajar por el mar, durante cuarenta y cuatro años recorrió Italia de norte a sur predicando ardorosamente. Inquieto soñador: «Cuando muera revolucionaré el paraíso y obligaré a los ángeles, a los apóstoles, a todos los santos a que hagan una santa violencia a la Santísima Trinidad para que mande hombres apostólicos que conviertan la tierra en cielo». Señor, hazle caso.



SANTIAGO ALBERIONE (1884–1971). Cuando tenía 85 años, el papa Pablo VI dijo en la audiencia del 28 de junio de 1969: «Miradlo: humilde, silencioso, incansable, siempre alerta, siempre ensimismado en sus pensamientos, que van de la oración a la acción, siempre atento a escrutar los “signos de los tiempos”, es decir, las formas más geniales de llegar a las almas... Nuestro P. Alberione ha dado a la Iglesia nuevos instrumentos para expresarse, nuevos medios para vigorizar y ampliar su apostolado, nueva capacidad y nueva conciencia de la validez y de la posibilidad de su misión en el mundo moderno y con los medios modernos. Deje, querido P. Alberione, que el Papa goce de esta prolongada, fiel e incansable fatiga y de los frutos por ella producidos para gloria de Dios y bien de la Iglesia».

            El 26 de noviembre de 1971 dejó la tierra para ocupar su sitio en la Casa del Padre. Sus últimas horas se vieron confortadas con la visita del papa Pablo VI, que nunca ocultó su admiración y veneración por el P. Alberione.



            Desde que estoy en Roma he recibido más de una carta pidiéndome reliquias de santos. ¡Pobre de mí, vaya compromiso!  Hasta que me di cuenta de que tengo un arsenal. Del santo fundador de la Familia Paulina conservo no huesos, sino algo mejor, jirones de su alma.

            Le escribí preguntándole por qué se había hecho sacerdote, y el varón de Dios  me contestó con esto:

            «Don Jorge: Escribo estas líneas por obediencia a mi Superior General, Don Alberione, que me ha pasado el encargo de responderle. La historia de mi vocación no le interesará seguramente, porque usted está haciendo una encuesta sobre personas «conocidas y amadas» también de fuera de España, y yo no soy más que un sacerdote de la masa, de la cual no deseo separarme, siguiendo en el sitio donde Dios quiere que esté.

            La primera vez que sentí claramente en mí mismo la llamada al sacerdocio fue hacia la edad de nueve años. En mi interior, ningún problema me turbaba el espíritu; en el exterior, todo llevaba hacia Dios: el santo evangelio dominical, que nos explicaban a los niños; la lectura de las vidas de los mártires, sobre todo san Tarsicio, me entusiasmaba. Y luego las recientes persecuciones en México y en España, me infundieron un deseo ardiente de martirio. Acababa de recibir la Confirmación.

            Un día, volviendo con el pensamiento a la venerada figura del sacerdote que todos los domingos nos explicaba a los niños el santo evangelio, sentí un deseo inmenso de llegar a ser como él, sacerdote. Tenía que tomar, entonces, alguna decisión práctica, hablar, actuar... pero no tuve valor. Tenía miedo de que el sacerdote no tomase en serio mi petición, miedo de lo que dirían mis compañeros, miedo de tener que cambiar completamente una vida en la que entonces estaba tranquilo. Y además: ¿con qué palabras manifestarme?, ¿dónde y en qué ocasión?

            Al terminar la escuela elemental dejé de estudiar, porque mis padres quisieron orientarme a un trabajo capaz de asegurarme el porvenir y a la vez de procurar algún ingreso para las necesidades de la familia. Llegué así a la edad de catorce años. Fue un período de grandes agitaciones.

            Entonces sentí la necesidad de volver a los fervores de la infancia para encontrar un punto de apoyo en una lucha que sentía muy superior a mis pobres fuerzas.

            Ya no me atrevía a esperar en el sacerdocio; creía que era demasiado tarde. Sin embargo, pensé que haría bien militando en las filas de la Acción Católica: para mi espíritu sería una buena salvaguardia y para mis deseos apostólicos un buen sustitutivo del sacerdocio. Pero ¿estaría a la altura de la nueva clase de personas a que pensaba pertenecer? ¿cuál sería la voluntad de Dios?

            Entonces trabajaba yo de aprendiz, y muchas veces recibía propinas: diez o veinte céntimos, ordinariamente; cincuenta céntimos muy raramente; una lira, en alguna rarísima ocasión. Quería un signo del cielo y me dije a mí mismo que sería éste: si antes de la una de la tarde de ese día recibía una propina de dos liras, en una sola pieza y no en calderilla. Era como pedir un milagro, cuánto más que ese día no había todavía ninguna perspectiva de trabajo. Pero el Señor debió tener en cuenta mi ignorancia y bobería, y no desdeñó darme la señal pedida, para hacerme comprender cuál era su voluntad: quería volverme a llevar gradualmente a la idea del sacerdocio, y el inscribirme en la Acción Católica sería en sus designios el primer paso decisivo. Recibí en efecto una propina de dos liras, en una sola moneda, minutos antes de la una, y me quedé aturdido.

            La vida en la Acción Católica sirvió mucho para afinar mi espíritu y remover la ceniza que se había acumulado en el pequeño fuego del amor de Dios

            Entonces oía la misa de los domingos en los padres capuchinos. Un día en misa vi a mi lado dos muchachos, unos años más jóvenes que yo, ya revestidos del hábito capuchino ¡Cómo! –me decía a mí mismo–, éstos, tan jóvenes, se han dado totalmente al Señor, y yo en cambio... ¿qué espero?

            Volví a casa, pero, por miedo a que me tomaran a broma, me limité a decir, casi distraídamente y sin dar ningún peso a las palabras, que me gustaría ser sacerdote.

            Pocos días antes había dicho que quería ser actor de cine, y antes me había puesto a escribir una novela, por el gran deseo que me había entrado de ser escritor. Decía muchas cosas en esos tiempos, sin esperar nunca que nadie pudiese ayudarme a realizar nada.

            Sin embargo, mi hermana debió intuir que esa mañana las palabras habían subido del corazón y no de la fantasía caldeada, porque no dejó caer en el vacío el deseo que había expresado. No dijo nada, pero se interesó mucho, hasta que un día me di cuenta de que el sueño iba a convertirse en una auténtica realidad.

            Pasé entonces por un período de fervor, casi diría de furor espiritual. Sentía el deseo de hacerme sacerdote, como a la edad de nueve años, pero esta vez dominaba un elemento nuevo, la vocación religiosa, entendida como una atracción sin precedentes hacia la entrega total de la vida, y una necesidad irresistible de manifestar al Señor mi amor a Él en la búsqueda encarnizada de todo sacrificio y de toda humillación.

            Pedí insistentemente a los capuchinos que me recibieran entre sus aspirantes, pero no fue posible: me pusieron grandes dificultades, por mis estudios, interrumpidos hacía cuatro años, por mi edad ya avanzada, por el curso académico, ya mediado. Viendo inútil todo intento, me dirigí a los salesianos, los cuales me pusieron las mismas dificultades, y además la pensión resultaba demasiado alta para las escasas posibilidades de mi familia. Algunos me dijeron que probara todavía con los Barnabitas o los Paulinos. Mi madre dijo entonces: «Ya estamos en la calle: ahí están los Barnabitas, allí los Paulinos. Elige: ¿dónde quieres ir?»

            Tenía que decidir. Había renunciado a toda atracción personal y quería sólo conocer cuál era la voluntad de Dios: ¿con los Barnabitas o con los Paulinos? Hice entonces una especie de escrutinio: ¿Cuántos me habían aconsejado ir con los Barnabitas? Dos. ¿Cuántos con los Paulinos? Tres. Luego ya no podía tener duda: tenía que ser Paulino. Y me dije decidido: «Vamos allá.» Imaginaba que los de san Pablo eran una orden mendicante: quizá tendría que ir a pedir limosna, pero ¿qué importa? Tanto mejor: humillación, sacrificio, eran palabras que sonaban gratas en mis oídos.

            El Señor no quiso que me dedicara a mendigar dinero, sino vocaciones: y ahora soy feliz de hacer su voluntad. Con estos medios, pues, he sido llamado y vuelto a llamar por el Señor: una moneda, un hábito, echar a suertes… El Señor se adapta siempre a nuestra mentalidad, aunque sea infantil, usando medios que muchas veces parecen tonterías a los ojos del mundo. C.P.».

            Preparaba entonces mi tesis doctoral nada menos que sobre «Psicopedagogía de los factores existenciales de la vocación sacerdotal». Y Don Alberione me enviaba esa reliquia, esa cura de humildad.


            Noviembre 27



FACUNDO y PRIMITIVO (s. IV). ¡Las raíces cristianas de un pueblo! Los datos escuetos, expurgados todos los adheridos legendarios, son: «Dos cristianos, llamados Facundo y Primitivo, fueron martirizados junto al río Cea a comienzos del siglo IV». Sólo. Cuando la repoblación, donde murieron, se construyó un templo. Al lugar, llamado Camala por los romanos, poco a poco la piedad cristiana lo fue llamando: donde están las reliquias de los “Domnos sanctos” (señores santos), luego: donde “Sanctus Facundus”, Sant Fagún, Safagún, Sahagún. El monasterio de Sahagún se convirtió en tiempos de Alfonso VI de León en el centro más importante de la reforma cluniacense en España. Ahora litúrgicamente en la diócesis de León el 27 de noviembre la memoria de san Facundo y san Primitivo es obligatoria. Como debe ser.



SANTIAGO INTERCISO (+421). Que sí, que la fiesta de Santiago es el 25 de Julio. Y que Santiago-Santiago no hay más que uno. De acuerdo. Pero hay otros: Santiago II, el pariente del Señor (3 de mayo, con san Felipe apóstol también)… y uno que lleva el sobrenombre de «Interciso». [Dice el Diccionario: Interciso: del latín intercidere: cortar por la mitad o por medio]. Interciso de verdad: le martirizaron haciéndole añicos: cortándole en vida los dedos de las manos, los dedos de los pies, las manos, brazos, pies, piernas… finalmente la cabeza: 28 partes). Tanto ensañamiento injustificable tenía un porqué: habiendo ocupado un puesto relevante en la corte real, renegó de Cristo para congraciarse con el rey Iasdigerd. Pero al enterarse de aquella monstruosidad su madre y su esposa le enviaron un terminante «aut aut». Y por la cuenta que le tenía borró el reniego y empezó a estudiar Sagrada Escritura. El enfado real fue realmente terrible. (¿Qué dirían los Novacianos de ese ex-lapsus?). Santiago interciso, pecador arrepentido, modelo urgente para muchos desterrados hijos de Eva, consíguenos unos gramos de arrepentimiento, de fe y de fortaleza.



GWLSTAN (+ 1040). Gwlstan o Gustavo. Monje. Pero con unos antecedentes… Capturado por unos piratas, esclavo muchos años, le desembarcaron porque tenía un pie deformado por las heridas.  Analfabeto. Un ermitaño llamado Félix lo acogió. A su lado, aunque nunca aprendió a leer, vio que el mundo era bueno. Cuando Félix  restauró la antigua abadía de St-Gildas, se llevó al antiguo “pirata”. Más listo que el hambre “se sabía de memoria el salterio” (que son 150 salmos!) y ayudaba a los navegantes. Félix lo envió con misión oficial a  roturar la isla de Hoedic que se divisaba desde St-Gildas. En el viaje murió en Beauvoir-sur-Mer. Muerto, su cuerpo empezó una nueva peregrinación ya que diversos monasterios se disputaron las reliquias del antiguo pirata.

Los marineros de la costa de Morbihan, golfo de la Bretaña meridional, y de la bahía de Croisic lo tienen por patrono.



TOMÁS KOTEDA KIUNI (+ 1619). Y Bartolomé Seki, Antonio Kimura, Juán Iwanaga, Alejo Nakamura, León Nakanishi, Miguel Takeshita, Matías Kozasa, Romano Matsuoka Miota, Matías Nakano, Juan Motoyama, decapitados todos por odio a la fe por orden del gobernador Gonzuku en Nagasaki. Recordarlos hoy (a Gonzuku también, igual que cuando rezamos el Credo decimos el nombre de Poncio Pilato) es una manera de alabar a Dios que les dio la fe y la fuerza para confesarle. Silabear esos apellidos, para vacunarnos de dislexia eclesial. Formando parte de un coro polifónico, no sea que al llegar al cielo tengan que darnos clases de solfeo cristiano.






Noviembre 28



IRENARCO (+ 305). El oficio de verdugo (ministro de la justicia que ejecuta las penas de muerte y en lo antiguo ejecutaba otras corporales; como la de azotes, tormentos, etc.) tiene mala literatura. Irenarco lo ejercía en Sebaste, ejecutando las penas impuestas por el gobernador Máximo. Hasta que topó con siete cristianas que le dejaron k.o. por su «andreia» (fortaleza) y lo que decían de Jesús el hijo de Dios. Jubilación forzosa fulminante, y le mandaron de vacaciones celestiales, ni siquiera con tiempo para ser bautizado. Dicen que el bautismo de sangre basta, y sobra, para llegar a la Patria sin visados.



TEODORA (+ 980). Discípula de san Nilo el joven (que pasó de los 90 años), vivió cerca de Rossano, en Calabria, al sur de Italia. Abadesa de cuerpo entero, alcanzó alturas místicas insospechadas. En unos tiempos en que el temor campeaba, pudo escribir: «Morir será descubrir la ternura. Yo sé que es imposible que Dios me decepcione. ¡Sólo esa hipótesis es absurda! Yo iré hasta él y le diré: No me glorío de nada más que de haber creído en tu bondad. Ahí es donde está mi fuerza. Si esto me abandonase, si me fallase la confianza en tu amor, todo habría terminado, porque no tengo el sentimiento de valer nada sobrenaturalmente. Pero, cuanto más avanzo por la vida, mejor veo que tengo razón al representarme a mi Padre como indulgencia infinita. Aunque los maestros de la vida espiritual digan lo que quieran, aunque hablen de justicia, de exigencias, de temores, el juez que yo tengo es aquel que todos los días se subía a la terraza para ver si por el horizonte asomaba el hijo pródigo de vuelta a casa. Yo no temo a Dios, y el motivo no es tanto que yo le ame, como el que sé que me ama él. Y no siento necesidad de preguntarme por qué me ama mi Padre o qué es lo que él ama en mí. Me costaría mucho responder a estas preguntas. Pero yo sé que él me ama porque es amor, y basta que yo acepte ser amada por él, para que me ame efectivamente. Basta con que yo realice el gesto de aceptar. Padre mío, gracias porque me amas. No seré yo quien grite que soy indigna. Porque, efectivamente, amarme a mí tal como soy, es digno de tu amor esencialmente gratuito. Este pensamiento de que me amas porque te da la gana me encanta. Y así puedo librarme de todos los escrúpulos, de la falsa humildad que descorazona, de la tristeza espiritual, de todo miedo a la muerte».



LUIS CAMPOS GÓRRIZ (1905 – 1936). Valenciano, cristiano, apóstol seglar. Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Valencia; Doctor en Leyes por la Universidad Central de Madrid. Compañero de Ángel Herrera Oria por los caminos de Europa. Secretario General de la Asociación Católica de Propagandistas. Casado con Carmen de Arteche en 1933. Fallecida su esposa, la Guerra Civil le sorprendió en Torrente, donde vivía su padre, registrador de la Propiedad. Detenido el 28 de noviembre, fue fusilado aquel mismo día en el picadero de Paterna. | Cuando estuve en Valencia, el rector de la Universidad, José Corts Grau, me hablaba de él, con veneración, con añoranza. (Casi tanta como mi añoranza ahora de los artículos que los domingos escribía él en “Las Provincias”). Entiendo lo del maná. En mi vida lo primero que he hecho muchos días durante muchos años ha sido recogerlo, firmado por José Corts Grau, José Luis Martín Descalzo, Lorenzo Gomis, Gianfranco Ravasi. Y las cartas, los correo-e ahora. Si «somos lo que somos por los encuentros que hemos tenido» yo doy gracias a Dios por quienes me han ayudado a ser.




Noviembre 29



ILUMINADA (+ 320). Cuando dices a alguien que has ido a Todi, en la Umbria, los más ilustrados presumen diciendo que sí, que de Todi era el franciscano Jacopone, el que escribió en el año 1303 el célebre «Stabat Mater» en honor de la Virgen Dolorosa. Y evidentemente todo el mundo sabe que en la Umbria está Asís, Perugia, Gubbio... el país de Francisco el bueno. Pero los de Todi dicen que bien, que sí, pero que ellos desde mucho antes están iluminados por una joven de fe ardiente que quería ser mártir y la encontraron tan luminosa que las tinieblas no pudieron apagarla. Efectivamente, desde el siglo IV santa Iluminada es como un cirio que va encendiendo las velas de toda una procesión.



DIONISIO y REDENTO (+ 1638). ¿Aceh? ¿Dónde para? «Un gran terremoto ocurrió a las 00:58:50 (UTC) del domingo 26 de diciembre de 2004. El evento, de magnitud Richter 9.0 ha sido localizado frente a las costas del noreste de Sumatra y fue seguido de varios tsunami. La prensa internacional se hacía eco de las noticias catastróficas que llegan de Aceh». / Aceh, allí en la orilla, murieron asaeteados primero y a golpes de cimitarra después, el 29 de noviembre de 1638 Dionisio (Pedro Berthelot) y Redento (Tomás Rodríguez). Pedro era de Honfleur-Calvados (Francia). A los 12 años, se enroló en la marina mercante para ayudar a la precaria situación económica de la familia. Recorrió varios puertos de España, Inglaterra y hasta América. A los diecisiete salió en una flota rumbo a las Indias Orientales. Durante la travesía demostró tantas cualidades, tanta seriedad y responsabilidad, que el capitán del navío, Beailieux, le nombró primer piloto, pese a la edad. En 1618 pisa tierra de las Indias, Pedro Berthelot, primer piloto y cosmógrafo de los reyes de Francia y Portugal. Estando en Goa, Fernando de la Santísima Trinidad, le anima a que deje el mundo y abrace la vida religiosa en el Carmelo. Así lo hace a los 36 años, con el nombre de Fray Dionisio de la Natividad. Dos años después, el 24 de agosto de 1638, era ordenado sacerdote. (Lo fue aquí abajo tres meses y cinco días). El embajador del Rey de Portugal le pidió le acompañara como guía a Aceh (Sumatra). Aceptó, a condición de que fuera con ellos el Hno. Redento. (Nacido en Paredes, Portugal, en 1598, Tomás Rodríguez, muy joven se embarcó hacia las Indias Orientales y allí vistió el hábito de religioso carmelita como Hermano. Estuvo en Goa muchos años de sacristán). Llegaron a Aceh el 25 de octubre de 1638. Recibidos con demostraciones de falsa alegría, muy pronto fueron hechos prisioneros. Y la disyuntiva: o hacerse musulmanes o la muerte. No lo dudaron.



FRANCISCO ANTONIO FASANI (1681 – 1742). El san Francisco de Lucera. Lucera, en la Apulia, que mira al Adriático, al final casi del sur de Italia, muestra orgullosa a los visitantes: el anfiteatro romano, el castillo medieval, la catedral y la iglesia de san Francisco de Lucena. Y en la iglesia de San Francisco de Lucena la tumba de su Santo. Allí nació Giovanello. Aunque a los 15 años se marchó a para hacerse franciscano en  Monte S. Angelo sul Gargano, estudiar en Asís (donde se ordena sacerdote en 1705), ser declarado maestro de teología en Roma, vuelve en 1707 a Lucera para ser y vivir como perfecto hijo de san Francisco.

            Al canonizarlo en 1986 Juan Pablo II dijo: «San Fasani, modelo perfecto de sacerdote y pastor de almas, durante más de 35 años en su Lucera; verdadero «ministro» en el sentido franciscano, es decir, el servidor de todos los hermanos; verdadero amigo de su pueblo. De esto da testimonio el afectuoso título con el que lo conocían los contemporáneos y que todavía es familiar para el buen pueblo de Lucera: para ellos, ayer como hoy, es siempre el “Padre maestro».

            Pío XII al beatificarle en 1951 había dicho: «Francisco Antonio reivindica para sí su condición de hijo de un pobre zapador, trabajador de la gleba; contempla con amor, dando gracias a Dios, la mísera casita natal; no se cansa de repetir que si Aquel que «levanta al miserable del polvo» no le hubiese llamado a su servicio, habría sido igual a todos sus parientes, habría ido como ellos a cortar la leña o a guardar los cerdos. Con qué respeto, con qué filial ternura a la puerta del convento donde la multitud de los más necesitados espera pacientemente de la caridad el cotidiano alimento frugal, alarga él la escudilla de la menestra caliente a la madre, «la pobre Isabel», que está en el dintel de la puerta mezclada entre el grupo de los indigentes… ¡Qué poema los últimos días de su santa vida! Una gira visitando a las familias a que está ligado por vínculos de gratitud y de las cuales quiere despedirse por última vez; un supremo esfuerzo para levantarse de noche, tembloroso por la fiebre, para responder a la llamada de un penitente suyo gravemente enfermo; una mañana de confesiones; una última jornada de fidelidad a la vida común y, finalmente la serena preparación antes de ir a dar cuenta a Dios de su misión y de su vida en Lucena». ¡Bienaventurados los pueblos que tienen a un santo de su pueblo!


Noviembre 30



ANDRÉS (s. I). Pescador de Betsaida, atraído por la predicación de Juan Bautista, fue el primer discípulo elegido por Jesús (y él llevó a su hermano Simón -Pedro- a conocer al Maestro). Luego, sus discretas apariciones en los evangelios, le muestran como un hombre atento y dispuesto. La tradición le sitúa como predicador en varios países, crucificado en Grecia. Patrono de la Iglesia de Constantinopla, es especialmente venerado por la Iglesia oriental. Me gusta imaginarle recordando su Jueves santo:

            «Yo siento una gran tristeza recordando aquella tarde. Había estado todo el día afanado y cuando llegó la Cena sólo tenía sueño. Vosotros comprendéis: hubo que buscar la casa para cenar, comprar el cordero, prepararlo… Me dolía la cabeza y sólo tenía deseos de dormir. ¿Veis? Uno puede asistir a la cosa más grande de los siglos y sólo sentir sueño.

            Comprendía que estaba diciendo cosas muy importantes, hice esfuerzos por oírle. Pero todo era inútil; en mi cabeza sólo había un pensamiento: el deseo de que terminase pronto. Para dormir. Él no acababa, yo me estaba poniendo impaciente. Parecía que no fuera a terminar nunca, te daba la impresión de que iba a levantarse y salir, y comenzaba a hablar de nuevo, como si aún hubiera algo que era imprescindible decir. Repetía, repetía las cosas. ¿Os acordáis que luego tuvisteis que contarme todo lo que había dicho? Yo apenas me enteré. Así es el hombre; así. Las horas más hermosas las duerme.

            Se levantó al fin y dijo que había que ir al huerto. ¿Recordáis que intenté protestar? Él me miró con tristeza pero sin reproche: Más que nunca es necesario orar en esta noche. Hay que hacer un esfuerzo y vigilar, no vayáis a caer en la tentación.

            ¿Por qué en esta noche más que nunca? No lo entendí y apenas llegamos al huerto caí dormido. Sólo al día siguiente –al sentirme cobarde, al no atreverme a ir con Él hasta el monte– comprendí que el sueño me había arrebatado el coraje en el día más importa te de mi vida».





JUAN DE VERCELLIS (1203 – 1283) «El hombre no es nunca un primer hombre: comienza desde luego a existir sobre cierta altitud de pretérito amontonado... Romper la continuidad con el pasado, querer comenzar de nuevo, es aspirar a descender y plagiar al orangután» (Ortega). El día 5 de septiembre, día en que fue elegido 87º Maestro general de los frailes predicadores Fray Bruno Cadoré, repasé la lista de «pretérito amontonado» de los dominicos. Y se la envié a Solo, dominico amigo como felicitación. Oportuna, porque fui el primero en comunicarle la buena noticia. | Prior de Bolonia en el año 1256. Provincial de Lombardía de 1257 a 1264. 6º Maestro general de los dominicos (1264-1283). En 1276 fue nombrado nuncio apostólico en el reino de Castilla. El 15 de mayo de 1278 Patriarca de Jerusalén, dignidad que nunca quiso aceptar. Descansó en la paz del Señor el 30 de noviembre de 1283 en Montpellier, a los 80 años. | Detrás de esos escuetos datos ¡cuántos años predicando incansablemente la veneración al nombre de Jesús! ¡cuánto empeño en la búsqueda de la Verdad!



FEDERICO DE RATISBONA (+ 1329). O Regensburg, para decirlo más germánicamente, donde nació, trabajó y murió santamente. Si J. Ratzinger dio clase de teología allí, Federico la dio de carpintería. Y muy bien: «sollers faber tignarius» (“falegname” dicen los italianos, y falegname llaman a san José). Fue una especie de san Isidro (cuentan que un día, no pudiendo asistir a misa porque urgía en el convento que arreglara una puerta, un ángel le llevó la comunión). Por descontado, el Hermano Federico fue un gran devoto de san José.



CUTBERTO MAYNE (1544-1577). 33 años y sin enterarse. Fue en Launceston. Subiendo la escala del patíbulo, tropezó y del golpe perdió el sentido. El verdugo tenía prisa y de poco –pensó- le habría valido volver en sí al condenado. Lo colgó tal cual estaba. Pero Cutberto no era un inconsciente. Fue al seminario de mano de su tío sacerdote, que lo quería mucho. Cuando Cutberto tenía 14 años se recrudeció la persecución contra los católicos que no obedecían  a Isabel I. El tío conservó el puesto jurando, y el sobrino le siguió los pasos, estudiando en Oxford. Pero aquí trató con católicos clandestinos y le entraron dudas sobre la postura de su tío. En Douai, Francia hay un seminario para seminaristas fieles a Roma. Ser cartea con ellos. La policía intercepta una carta dirigida a él, y para evitar que le arresten, deja Oxford, va a Douai, termina los estudios de teología, le ordenan sacerdote, y regresa a Inglaterra. Para oficialmente  dirigir una fábrica, en realidad para ejercer el ministerio clandestinamente. Por poco tiempo. Descubierto es arrestado y condenado a muerte si no jura fidelidad a la reina, como su pobre tío. Se niega, y… «despertó asombrado al encontrarse santo allá».