viernes, 15 de abril de 2011 | |

SOBRE EL P. DEHON

UNA BEATIFICACIÓN A LA ESPERA (2005-2011). Revista Testimoni 5. pp. 8-11. 2011. Sacerdoti del Sacro Cuore. Bologna El sacerdote francés, que aparece en el libro-entrevista a Benedicto XVI. Nada de nuevo ya pasados cuatro años. Dos contemporáneos “apóstoles sociales”. Dehon y Toniolo. El 14 de marzo de 1843, nace en La Capelle, en el Norte de Francia. León Dehon, el fundador (desde 1878) de los actuales 2200 dehonianos (Reparadores en España), presentes en una treintena de provincias religiosas de Europa, América Latina y del Norte, de África y Asia. Hoy tenemos una razón más para recordar este aniversario. En una de las preguntas que Peter Seewald ha hecho a Benedicto XVI, en el reciente libro-entrevista “Luz del mundo”, aunque sin nombrarlo, hay una referencia explícita justamente al P. León Dehon. Después de recordar que Benedicto XVI ha sido el primer papa a “invitar un rabino a hablar delante del sínodo de los obispos” y antes de subrayar como había “visitado más sinagogas que ningún otro papa y como había reconocido, como afirma el diario Süddeutsche Zeitung”, “el origen hebreo del cristianismo, como ningún papa antes que él”, antes aún de pedir si el “primer acto”, como sucesor de S, Pedro, es decir su carta a la comunidad hebrea de Roma fuera un “gesto simbólico” que quería ser indicativo de una nota dominante de su pontificado”. Peter Seewald recuerda como Benedicto XVI había “suspendido del proceso de beatificación de un sacerdote francés, a quien habían sido atribuidos discursos antisemitas”. En su breve respuesta, Benedicto XVI no hace referencia directamente a ninguno de los eventos evocados por el entrevistador, y todavía menos a la suspensión del proceso de beatificación del sacerdote francés. Simplemente se limita a recordar que, desde los primeros años de su formación teológica y sobre todo, después de lo sucedido en el Tercer Reich no sólo se ha sentido “empujado a mirar al pueblo de Israel con humildad, vergüenza y amor, sino también cómo en su anuncio de la fe cristiana fuera “esencial el entrelazarse amoroso y comprensivo de Israel y de la Iglesia, basado en el respeto al modo de ser del otro y de la respectiva misión”. Era demasiado esperar, al menos una palabra, por parte del papa, de aquel sacerdote francés, de quien el papa Juan Pablo II, retornado a la casa del Padre el 2 de abril 2005, ya había decidido el día, en el que él mismo habría presidido el rito de la beatificación. Como sabemos muy bien, era justamente aquel día 24 de abril 2005, en la Plaza de S. Pedro, llena de fieles que habían acudido de todo el mundo para la solemne celebración del comienzo del pontificado de Benedicto XVI. Situación eclesial nada favorable. Han pasado ya más cuatro años desde cuando el 3 d noviembre 2006, el Secretrario de Estado, el card. Tarcisio Bertone, informaba oficialmente al superior general de los dehonianos, del ” pro oportunitate lungo dilata” impuesto a la beatificación de su fundador, después de haber ponderado largamente, en las sedes apropiadas la cuestión. Los dehonianos han vivido y lo están viviendo, en estos años con sufrimiento sereno. El P. José Ornelas Carvalho, superior general, invitó a sus religiosos a valorizar esta suspensión, volcándose hacia una interiorización de la propia espiritualidad apostólica, a partir de la herencia propia del Fundador. Lo han llevado a cabo, en particular, promoviendo, el 21-22 de setiembre 2007 en París, un seminario de estudio, con la participación de un buen número de expertos, no solo dehonianos, sobre el tema específico del antisemitismo cristiano en referencia al caso León Dehon. En la síntesis conclusiva, el promotor del encuentro, Yves Ledure, había afirmado que la “critica del judaísmo” de León Dehon, no solo ocupa una parte muy limitada de sus escritos sociales, sino que sobre todo es percibida en base a la imagen que tiene el catolicismo francés y más general de su época, con sus prejuicios, sus clichés, sus ambigüedades. Su clara denuncia de tantas formas de injusticia social, económica, financiera del tiempo, han hecho recaer sobre él las acusaciones de antijudaísmo. Sucesivamente, durante el XXII Capítulo General (mayo-junio 2009), ha sido presentada, por parte del superior general y del postulador de la causa de beatificación, la situación de todo el evento, sin que por el momento apareciese “nada de nuevo” de todo cuanto era ya conocido. Mientras que el postulador, p. Evaristo Martínez de Alegría ha reconstruido las fases del proceso de beatificación (1952), a la decisión vaticana de la suspensión, el superior general, una vez más, en su relación general hecha al Capítulo, ha intentado buscar el sentido más profundo de todo cuanto ha pasado. Por los contactos tenidos con los ambientes vaticanos, después de la comunicación del “Lungo dilata”, impuesto a la beatificación del P. Dehon, ha dicho: “hemos sacado la idea de que no era el momento de insistir”. No era solo una cuestión de oportunidad. La situación eclesial e internacional, en aquel momento “no era ni muchos menos favorable”. Por lo demás, cuando por cuestiones de este tipo, se recurre a la autoridad suprema de la Iglesia, “solo se debe hacer si existen buenas perspectiva para una respuesta positiva”. En todas las fases de esta situación, ha añadido, “hemos intentado presentar, con toda honradez, con convicción y espíritu eclesial, las verdades que, según la verdad y la razón, retenemos útiles para la comprensión de los hechos e interpretación de los textos. Sin el mínimo rencor frente a las decisiones de la Iglesia “comprendemos también las dificultades que pueden provocar los textos del P. Dehon, sobre todo si se leen fuera de una necesaria contextualización. Pero al mismo tiempo “deploramos numerosas tomas de posición, no del todo honestas y fundadas, así como algunas maniobras injustificadas de presión y de manipulación demagógica de la opinión pública”. Pero no es absolutamente esto el camino que los dehonianos, en el futuro, piensan recorrer. Si, y cuando el P. Dehon, será finalmente beatificado, “lo será por la voluntad del Señor, y por aquello que él ha sido y continúa a ser, junto a Dios, para nosotros y para la Chiesa”. Por cierto, que su beatificación no podría ser hecha haciéndola depender “de la cualidad de vida de cuantos están patrocinando la causa” El camino interno del Instituto, es el de un siempre más profundo conocimiento de la persona, de la obra, del pensamiento del P. Dehon. Son muchas la razones por las que se debería incrementar este recorrido. “Contrariamente a cuanto algunos han insinuado públicamente, ha insisto p. Ornelas, nuestra Congregación no ha ocultado ningún documento por temor a posibles polémicas”. Independientemente de la beatificación o menos del P. Dehon, ha concluido, “tenemos el deber de profundizar y transmitir también a toda la Iglesia el don que el Espíritu le ha dado a través del P. Dehon”. Estima recíproca entre Dehon y Toniolo El 14 de enero pasado ha sido firmado el decreto de beatificación del profesor Giuseppe Toniolo (1845-1918) Este profesor, fundador de las “Settimane sociali dei cattolici italiani”, no era solo un contemporáneo del P. Dehon, nacido dos años antes (de Toniolo) y muerto siete años después, sino que conocía muy al sacerdote francés. Ambos se informaban recíprocamente de cuanto hacían, uno en Francia y el otro en Italia, por la promoción de las clases sociales pobres. Uno de los textos mayormente considerados sub giudice, al origen de la suspensión de la beatificación del P. Dehon, es su tercera conferencia romana del 11 de febrero 1897, tenida como las otras cuatro, sobre los problemas sociales del momento, con la presencia de algunos cardenales, en la ya demolida sede de los Agustinos de la Asunción, en la plaza del Ara Coeli. De la correspondencia intercambiada entre Toniolo y el P. Dehon y de una nota de crónica de la Civiltà cattolica ( 6 marzo 1897) sabemos que, justamente, en aquellos días Giuseppe Toniolo, promueve una serie de encuentros, sobre problemáticas análogas, con universitarios en el palacio Sinibaldi y con eclesiásticos en el palacio Lante. En mes de agosto sucesivo, además, Giuseppe Toniolo envía al P. Dehon como regalo,, una copia de su nueva publicación “La democracia cristiana”. Como respuesta, p. Dehon –también él uno de los promotores del nacimiento de la democracia cristiana en Francia -agradece vivamente a Toniolo el regalo-, augurándose de ver pronto la traducción francesa. “Este libro, escribe el P. Dehon, contribuirá mucho a calmar la controversias suscitadas en Italia, Francia, Bélgica y Alemania. Usted ha demostrado plenamente lo que es sustancial en la democracia racional y cristiana, es decir el cuidado principal por los pobres, como resultado del reino de justicia y de la caridad”. En la parte bibliográfica del número citado de la Civiltà Cattolica viene. además la recensión de cuarta edición del “Manuel social Chrétien” publicado ya en 1984, bajo los cuidados de la comisión de estudios sociales de la diócesis de Soissons, bajo la dirección del canónigo Dehon. En el volumen – en que vienen ya anticipadas en gran parte los contenidos de las conferencias romanas del P. Dehon - , ha sido vivamente apreciado y recomendado por numerosas autoridades eclesiásticas. Entre ellas, el cardenal Langenieux, subraya “la claridad de lo que se dice y la precisión de los conceptos”, plenamente conforme a las enseñanzas de León XIII, sobre quien se funda el trabajo realizado. En la segunda edición italiana del “Manuale sociale cristiano”(1902), traducido por el canónigo de Pistoia Roberto Puccini, la presentación es de Giuseppe Toniolo. Después de haber puesto de relieve el corte sociológico, continúa diciendo: “cuando el (texto) enumera con ruda franqueza los factores más deletéreos del malestar social de hoy día, habla de la francmasonería y del judaísmo o semitismo. En fin, si va hablando de los remedios (y de aquellos buenos, racionales e históricos) los afronta e ilustra, más bien abundantemente y con la genialidad francesa, que hace claros los interrogantes más enredados, los temas más delicados y complejos de la cuestión social de las clases, de su organización, del estado y de la Iglesia” . Leyendo un volumen de este género, concluye Toniolo, el público “se habitúa, más que a entender y sentir con el corazón, que la solución de los grandes problemas sociales, más que en los cálculos de la riqueza se encuentra en la respuesta de las grandes verdades de la ética y del sobrenatural”. También, a la luz de este recíproco y contemporáneo reconocimiento del propio compromiso social, con el pleno respeto de toda decisión superior, surge espontánea una pregunta: “Unidos en vida en el anuncio y en la promoción de las grandes verdades éticas y sobrenaturales, como respuesta a los problemas socales del tiempo tanto en Francia como en Italia, ¿por qué P. Dehon y Giuseppe Toniolo no podrían serlo también en el momento de su beatificación?”. P. Angelo Arrighini Trad. E. Mtz. de Alegría

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