sábado, 17 de abril de 2010 | |

SANTORAL

Abril 18

EUSEBIO (+ 526). En el Diccionario de la Real Academia, el 10º significado señalado a la palabra «Familiar» es el de «Eclesiástico o paje dependiente y comensal de un obispo». Conozco «familiares» que… Como «perito en santos» a veces me atrevo a sugerirles que se encomienden a san Eusebio. Los que saben griego piensan que se lo digo por lo de ser piadosos, que tal es el significado de la palabra «eusebeia». Pero mi sugerencia fraterna, más que por la piedad, va por la vida de «familiar» del obispo de Fano. Si contamos con tiempo les cuento algo de las andanzas del Papa San Juan I (cfr. 18 de mayo): la ida a Constantinopla por imposición del ostrogodo Teodorico, su regreso a Roma, el arbitrario encarcelamiento y muerte en la cárcel del Papa Juan, y siempre a su vera (a su sombra y a su luz) en vida y muerte su «familiar» Eusebio (18 abril)

PERFECTO (+ 850). «Negar el pasado es absurdo e ilusorio. Romper la continuidad con el pasado, querer comenzar de nuevo, es aspirar a descender y plagiar al orangután». Los cristianos no quieren plagiar a los orangutanes, evidentemente. Pero además perdonan, para ser perfectos como el Padre celestial. El imperfecto sacerdote cordobés Perfecto, fue degollado el viernes 18 abril -la "Pascua" del Ramadán- 850 en el Campo de la Verdad. El mártir mozárabe -modelo para muchos de nosotros- sufrió un desfallecimiento pasajero debido al miedo, pero, repuesto, arrostró torturas durante dos meses de prisión y confesó a Cristo. Once siglos después se repite la historia con un mártir franciscano, Perfecto Carrascosa, nacido en Villacañas, precisamente un 18 de abril. Tímido por naturaleza, fuerte por gracia, -tenía 30 años- cuando le sacaron de casa, contestó a su padre que le decía: «A decir la verdad, hijo», Sí, padre, sí. No sólo no desfalleció, sino que confortó a sus compañeros de prisión, con cinco de los cuales fue fusilado en el cementerio de Tembleque en octubre de 1936. Perdonando (18 abril)

ANDRÉS HIBERNÓN (1534-1602). Murcia, Alcantarilla, Jumilla, Elche, Albacete, Valencia, Villarreal, Gandía... No, no se trata de una clase de geografía de la costa Mediterránea. O mejor, sí, de geografía del corazón, porque en Murcia nació, en Alcantarilla se crió, en Jumilla, Elche, Albacete, Valencia, Villarreal, Gandía vivió el hijo de Ginés Hibernón y María Real, apodada «La Buena». Le bautizaron nada menos que en la catedral de Murcia (porque un hermano de su madre era beneficiado de la catedral; todo hay que decirlo). Familia muy humilde. Trabajó esforzadamente con la esperanza de mejorar la situación de pobreza de sus padres y proveer a la dote de su hermana. Habiendo ahorrado una suma respetable, cuando regresaba a casa, en el camino le robaron todo. Él, que ya venía madurando el propósito de dedicarse a Dios, vio en este acontecimiento una llamada divina, y decidió parecerse a San Francisco de Asís, pero en serio. Franciscano desde que tenía 23 años, fue compañero de San Pascual Bailón. Cuentan que se especializó en mirar a los ojos de los que se acercaban al convento, pero sobre todo en mirar al Señor Sacramentado. Y que sonreía al acompañar a los moribundos para que lo último que vieran aquí abajo se pareciera a lo que verían al llegar a la casa del Padre. Cuando tenía 68 años él también vio la sonrisa divina (18 abril)

Abril 19

ARIS (+250). Bastantes amigos me dicen que de dónde saco tantos santos desconocidos. Les digo que del Martirologio. A ellos eso del Martirologio les tiene sin cuidado. Pero a mí, no. Desde que entré en el Seminario le tengo cariño al Martirologio. Todos los días al empezar la comida del mediodía se leía el Martyrologium romanum con los santos del día siguiente, en latín, naturalmente. Aprendí entonces la palabra «nuncupatus», nombres de ciudades como Lutetia Parisiorum, Mediolanum, Pictavium…, y aquello de «et alibi aliorum plurimorum sanctorum martyrum atque sanctarum virginum», que realmente sonaba tan bien cada día, soñando que algún día allí estaría uno, por la misericordia de Dios.
El 19 de abril el Martirologio empieza diciendo: «En África, san Mapálico, mártir, que durante la persecución bajo el emperador Decio, movido de piedad hacia su familia, pidió que se concediese la paz eclesiástica a su madre y a su hermana, que habían abjurado, y así, conducido ante el tribunal, fue coronado por el martirio. Con él perecieron muchos otros santos mártires, que confesaron igualmente a Cristo, a saber: Baso, en una cantera; Fortunio, en la cárcel; Pablo, en el tribunal; Fortunata, Victorino, Víctor, Heremio, Crédula, Hereda, Donato, Firme, Venusto, Frutos, Julia, Marcial y Aristón, muertos en la cárcel por hambre.»
Me ha costado encontrar a san Aristón. Lo he buscado por Fray Aristónico, un dominico amigo a distancia, que me escribe: «En Venezuela estuve contento y feliz. Haciendo labor de Parroquia en la ciudad de Rubio, cerca de San Cristóbal. Mucho cariño recibí de aquella gente. Y todavía me acuerdo de ellos. Y me comunico a través de estos medios modernos».
Ya me sonaba bien lo de Aristónico, por la etimología [aristos, superlativo de agathós: el mejor, el más bueno]. Ahora, incluso me encanta lo de Aris. («Familiarmente, siempre me llaman así, D. Jorge»).
Certo, que dicen por estas tierras. En el Martirologio encuentro santos desconocidos de conocidos. Y el 19 de abril puedo encomendarme a san Mapálico, Baso, Fortunio, Pablo, Fortunata, Victorino, Víctor, Heremio, Crédula, Hereda, Donato, Firme, Venusto, Frutos, Julia, Marcial y Aristón. Aris, familiarmente (19 abril)

MARTA y PUSICIO (+ 341). Leyendo historia uno se entera de que en la lista de los reyes sasánidas que gobernaron Persia, después de Sapor I, Ormuz I, Bahram I, II, III, Narsés, Ormuz II, asoma Sapor II, que alcanzó el trono en el año 310, continuando la política contraria a Roma iniciada por sus antecesores. Expandió sus zonas de influencia a costa del Imperio Romano, derrotando a las legiones en numerosas ocasiones, incluidas las dirigidas por el propio emperador Juliano. Sus hazañas le valieron el nombre de Sapor el Grande. Pero no le dicen a uno las historias detalles como éste: que el Viernes santo de 341, el susodicho Grande, mandó matar a Pusicio porque decía que Jesús era el Hijo de Dios, y dos días después, Domingo de Pascua, a su hija Marta, que repetía lo mismo, añadiendo que su madre se llamaba María. A esta Marta el Señor no tuvo que decirle: «Marta, Marta, andas inquieta y preocupada por muchas cosas, cuando en realidad una sola es necesaria» (19 abril)

LEÓN IX (1002-1054). Bruno, 47 años; León, 5. Pocos Papas habrán llegado a Roma tan bien preparados. Cuando tenía 5 años su madre lo confió a Bertoldo, obispo de Toul, que tenía una escuela de altura. Trivium y Quadrivium con 10 en todas (y no porque fuera primo del emperador Conrado II). Al morir el obispo de Toul (que se llamaba Ermanno) «il clero e il popolo lo aclamarono unanimemente quale suo succesore». Tenía 25 años. Fue un obispo «como Dios manda» muchos años. (Brunone fece della sua diocesi il banco di prova della reforma della Chiesa, che avrebbe poi attuato su scala universale dalla cattedra di Pietro, combattendo soprattutto la simonia e il concubinato del clero» (no le demos vueltas: somos un pueblo de pecadores, y santos). «Quando del 1048 Enrico III (sucesor de tío Conrado) lo designò alla carica di sommo pontefice, Brunone accettò con grande ritrosia (que quiere decir «reticencia») e quando alla fine si piegò alla volontà dell’imperatore (sin eufemismos: sin Espíritu Santo de por medio, por lo menos explícitamente) lo fece alla condizione che la sua nomina ricevesse la conferma del clero e del popolo romano. A Roma, dove Brunone entrò da pellegrino a piedi nudi, fu acclamato dal clero e dal popolo, e il 12 febbraio 1049 venne intronizzato solennemente e prese il nome di Leone IX). Se rodeó de colaboradores de altura (el futuro Esteban IX, el monje Hildebrando, futuro GregorioVII). Y a implantar por Italia, Francia y Alemania aquel «banco di prova». Eso sí, siempre volvía a Roma para celebrar la Semana Santa. Murió a los 52 años, el 19 de abril de 1054, en la basílica de san Pedro tras entonar el Gloria in excelsis Deo (19 abril)

BERNARDO DE SAINT-BERTIN (+1182). Decimos a veces que hay mucho santo imposible de imitar. Bastantes. Pero otros sí son imitables «mutatis mutandis». A muchos incluso nos sirve el final de aquella oración del 21 de junio: «Señor Dios,…que sigamos fielmente sus ejemplos en la penitencia», aunque sea mutatis mutandis. Bernardo nació en la Provenza. Habiendo cometido un horrible crimen (parece que un homicidio) el arzobispo de Narbona le impuso siete años de pública penitencia. Cargado de cadenas peregrinó a Compostela, a Roma, a Palestina. Al volver, desmanchado por tanta lágrima derramada, se remansó junto a la abadía de Saint-Bertin, viviendo como eremita, hasta que finalmente los monjes le acogieron en la comunidad (19 abril)

JACOBO DUCKETT (+ 1602) ¿Quién no recuerda «Fahrenheit 471», la novela de Ray Bradbury, hecha película por Truffaut, con Julie Christie y Oskar Werner? (En una ciudad imaginaria, los bomberos queman los libros, materia prohibida por «alienantes». El bombero Montag encuentra casualmente a Clarisse, distinta de las vulgares de moda, que le «envicia» en la lectura. Linda, la mujer del bombero, le denuncia. Le condenan a quemar su casa repleta de libros escondidos. Huye a un bosque donde encuentra hombres-libros libres). Pues algo así la vida de Duckett. Librero de Londres, denunciado por vender libros católicos, pasó nueve años en la cárcel, hasta que le ahorcaron. Con un final de película también: subió al patíbulo en compañía del denunciador arrepentido (19 abril)

Abril 20

ANICETO (+ 166). La letanía de los Papas empieza así: Pedro, Lino, Cleto, Clemente, Alejandro, Sixto, Telesforo, Higinio, Pío, Aniceto, Sotero, Eleuterio... Al llegar al décimo, muchos pronuncian su nombre con ternura especial. Les viene de cuando estudiaron en Roma. En la capilla del Colegio, en el Palazzo Altemps, estaba el sarcófago con las reliquias del Papa San Aniceto. Santo al que se encomiendan los que suspiran por la unidad de los cristianos. Policarpo, el obispo de Esmirna, y Aniceto, obispo de Roma, no pronunciaron la palabra «diálogo», pero dialogaron como buenos hermanos. Trataban de ponerse de acuerdo sobre la fecha de la celebración de la Pascua. (Oriente seguía la tradición de Juan, Occidente la de Pedro). No lo lograron. Pero siguieron celebrando la eucaristía juntos, rezando unidos en la caridad, dando tiempo al tiempo, peregrinos que no pierden la Esperanza (20 abril)

SECUNDINO (+ s. IV). «En Córdoba, España, san Secundino mártir». Es lo que trae el Martirologio. ¿Sólo? Más que suficiente. Porque detrás de Secundino, Segundín, Segundo o Deuteragonista encuentro a un buen patrono para mí y para muchos. Deuteragonista es una palabra que sólo la traen los buenos diccionarios, aunque sea la de la mayoría de los hombres y mujeres. Para entenderla bien conviene compararla con otra palabra, protagonista, que sí está en todos los diccionarios y en la vida de muy pocas personas. Si protagonista quiere decir personaje principal en la vida política, social, nacional o internacional, en el teatro, en el cine..., la otra, deuteragonista, quiere decir personaje secundario. (Protos = primero, déuteros = segundo; agonista viene de agon que significa lucha, acción). Claro, ¿no? Mentalmente, porque vital, existencialmente, todos tendemos a ocupar los primeros lugares en los banquetes. Menos mal que Jesús dio a sus discípulos un consejo práctico: no ambicionar los primeros puestos. Desde entonces los deuteragonistas —tú y yo— podemos sonreír a gusto desde nuestro pequeño rincón (20 abril)

CHIARA BOSATTA (1858−1887). Cuando me saqué de la manga aquello de «La vocación es como un itinerario con señales de pista. Cada señal lleva a la señal siguiente, sin saber el término definitivo. Más que un conocimiento del futuro es una correspondencia amorosa» no tenía conciencia de estar resumiendo la vida de muchos santos. Ahora que conozco la de Dina Bosatta pienso que le cuadra perfectamente. Fueron once hermanos, ella la pequeña. Siete emigraron a Argentina. A los 13 años entró en las Canosianas de Gravedona. A los 19 la salieron. Don Carlo Coppini, el párroco de Pianello Lario, su pueblo, con un grupo de Hijas de María, había puesto en marcha un centro para ancianos y niños abandonados. El grupo fue estructurándose. Empezaron a llamarla Chiara. Estudió magisterio. Al morir el párroco, aparece el beato Guanella (1842−1915), que le da la mano. Va a Como donde se convierte en el lazarillo de todo el mundo. Enferma, piensan que el aire de su pueblo mejorará sus pulmones, y en Pianello fallece el 20 de abril de 1887, a los 29 años. Fue Don Guanella, que la conocía bien, quien promovió la apertura de la causa de beatificación. Cuando Juan Pablo II la beatificó en 1991 dijo: «La actualidad del mensaje de Sor Chiara está en el hecho de haber cumplido con amor las sencillas acciones de cada día, estando en continua sintonía con Dios. En su vida no hubo gestos extraordinarios. Lo extraordinario estuvo en el modo de relacionarse con Dios, dejándole que ocupara todo su ser» (20 abril)

Abril 21

ANSELMO (1033-1109). Los artistas lo pintan con una nave en la mano. No tanto por las veces que tuvo que pasar el mar desterrado por oponerse a los gobernantes de su tiempo (algún buen obispo de hoy tiene a quien encomendarse) cuanto por adentrarse en el misterio de Dios: «En Dios se descubren nuevo mares cuanto más se navega». Su «Proslogion» es una obra digna de un gran doctor de la Iglesia: «En todas partes estás presente e íntegramente, y yo no te veo. Me muevo y existo en ti, y, sin embargo, no puedo alcanzarte. Estás dentro y alrededor de mí y no te siento. Te ruego, Señor, que te conozca y te ame para que encuentre en ti mi alegría. Y si en esta vida no puedo alcanzar la plenitud, que al menos crezca de día en día hasta que llegue a aquella plenitud. Que en esta vida se haga más profundo mi conocimiento de ti, para que allí sea completo; que tu amor crezca en mí para que allí sea perfecto, y que mi alegría, grande en esperanza, sea completa en la posesión» (21 abril)

APOLONIO (+ 185). Hace años me dijeron unos padres que no querían que su hijo estudiase Filosofía, para que no perdiera la fe. ¡Santo Dios, que idea tienen algunos de los que aman la verdadera Sabiduría! Me lo dieron precisamente un 21 de abril, fiesta de San Apolonio filósofo y mártir romano que en el año 185 compareció en Roma ante Perenne, prefecto del pretorio. En una segunda audiencia, después de defenderse en presencia de los senadores y de personas de cultura, fue condenado a muerte en virtud de un decreto del Senado que negaba la existencia a los cristianos desde un punto de vista legal. Pasado el tiempo vi al hijo, que estudiaba ya Quinto de Filosofía, en la eucaristía de la fiesta de Santa Catalina de Alejandría, mártir también, patrona de los filósofos, leyendo: «Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo…» (Ef 1, 3-10) y fue a comulgar. ¡Bendito sea Dios! (21 abril)

CONRADO DE BIRNDORFER DE PARZHAM (1818−1894). Hagiografía abreviada: Cfr. Hno. Alonso Rodríguez. Cfr. Hno. Francisco Gárate. Pues eso, en capuchino y con apellidos made in Germany. Ostiarios, porterazos los tres. Más de 30 años el Hno. Alonso en Palma de Mallorca, 41 el Hno. Gárate en Deusto, 42 el Hno. Conrado en Altötting. Yo me los imagino rezando al final de su vida: «¿Me llamas, Señor? Yo era como un «perrito» que husmea tras el olor de la comida... Y adelanta, sin saber hacia dónde. Yo... no sabía nada de Ti: sólo lo imprescindible para buscarte... ¡Al fin llegaría a conocerte mejor! Te había escogido sólo a Ti... Me parece que no hubiera podido hacer otra cosa. Continuamente me iba diciendo: «¿A quién iré? ¿A quién iré?». Quería demostrarte que te quiero. ¡Sin necesidad de romperme la cabeza con actos llamativos! Todos mis conocimientos de buen obrero, los ponía al servicio de Tu Casa. Demostraría que es una buena casa, una buena casa poco conocida... Entonces, Tú me tomaste por la palabra y me pusiste a prueba. Durante mucho tiempo tuve la impresión de que te habías ido... Nunca escaseaba el trabajo, pero no eras Tú el que me lo señalaba... Te llamaba para ofrecerte los frutos, pero Tú no aparecías... Me había convertido en un criado sin paga y el nombre de la firma había cambiado: Tú no figurabas nunca, o casi nunca... ¿Durante cuánto tiempo me has dejado solo en el tajo? Pero me diste fuerza para continuar en la oscuridad. Te gustaba ir descubriendo la medida de mi fidelidad y me infundías el deseo de estar siempre allí, hasta el día en que Tú abrirías la puerta... Pensaba para mis adentros: «¿He venido por mi gusto? ¿Me ha contratado Él para dirigir sus oficinas?¿Valía la pena haber venido si precisaba de un contacto inmediato? Si es Su gloria lo que quiero, si creo en Su amor, ¿voy a necesitar un recibo después de cada servicio?». Cuanto más ahondaba en mi silencio, más seguro me sentía de Ti... Cuanto menos me encuentro a mí mismo más te descubro a Ti... Yo nunca he predicado, pero quien tenga ojos puede ver que Tu Casa, Señor, ha sido el gozo de mi vida... De este lazo de la Puerta va acrecentándose el Deseo, del otro ya Tú me abres los brazos... Amén.» (21 abril)

Abril 22
SOTERO y CAYO (166-175 / 283-296). Papas, juntos porque ambos «nacieron» (para el cielo) el mismo día, el 22 de abril. (También ambos estuvieron enterrados en el cementerio de San Calixto). Aunque vivieron separados por más de un siglo y por los papas Eleuterio, Victor I, Zeferino, Calixto I, Urbano I, Ponciano, Antero, Fabiano, Cornelio, Lucio I, Esteban I, Sixto II, Dionisio, Félix y Eutiquiano. (¡Cuántos! Es que vivían poco entonces). Todos ellos santos canonizados. (¿Es que todos los papas han sido santos? Muchos, muchísimos sí han sido canonizados). Del salvador Sotero, el historiador Eusebio de Cesarea ha salvado una carta de san Dionisio de Corinto en la que habla de la gran caridad de Sotero con los pobres y concretamente con los condenados a las minas. Cayo era dálmata, de Dalmacia, incluso pariente del emperador Diocleciano (que por cierto iba poco a misa, cosa que sucede en las mejores familias). «Nonostante la considerevole durata del suo pontificato, di questo papa ci sono giunte poche notizie sicure e credibile». (¿Por qué buscar hechos llamativos en la vida de muchos santos que vivieron el “jour au jour” esforzada y normalmente?). Ser «eslabón», buen eslabón, «que a nadie da nada que hablar», ¡qué bueno! (22 abril)
LEÓNIDES (+ 204). «La madre se ha alejado un momento del coche del pequeño y yo me he acercado para encontrarme con la Santísima Trinidad que vive en su alma. El niño duerme, con los brazos caídos sobre la pequeña sábana bordada. Sus ojos cerrados miran al interior y el pecho dulcemente se levanta al compás. Parece que su vivir repita: la casa está habitada. Señor, tú estás ahí. Te adoro en este niño que te conserva intacto». Michel Quoist se inspiró en aquella conocida anécdota: Leónides, cuando dormía su primer hijo muy niño, se acercaba y le besaba el pecho como si fuese un sagrario del Espíritu Santo. El niño se llamaba Orígenes. Ilustre filósofo el padre educó a sus siete hijos maravillosamente. El historiador Eusebio transcribe fragmentos de la carta que Orígenes, de 17 años, escribió a su padre en la cárcel, exhortándole al martirio. Mártir fue, dejando a los siete hijos huérfanos… relativamente, porque les había bien enseñado que tenían un Padre en el cielo (22 abril)
FRANCISCO VENIMBENI DE FABRIANO (1251-1322). «¡Oh fray León, ovejuela de Dios! Aunque el fraile menor hable la lengua de los ángeles, y sepa el curso de las estrellas, y las virtudes de las hierbas, y le sean descubiertos los tesoros de la tierra, y conozca la naturaleza de las aves, y de los peces, y de los animales, y de los hombres, y las propiedades de los árboles, piedras y raíces, y de las aguas, escribe que no está en eso la perfecta alegría...». A Asís fue cuando tenía 17 años el hijo del médico de Fabriano, para que fray León le contara cosas del Poverello. Se quedó con ellos. Discípulo de san Buenaventura, con los dineros que le dio su padre, construyó una biblioteca para los hijos de San Francisco. Como «Primer fundador de bibliotecas» le recuerdan en la orden franciscana. Buen título. Que por algo entre las obras de misericordia, además de Rogar a Dios por los vivos y los difuntos, Sufrir con paciencia las molestias del prójimo, Consolar al triste, Perdonar las injurias, Corregir al que yerra, Dar buen consejo al que lo ha menester, está la de Enseñar al ignorante (22 abril)
V. Carpaccio, 1502

Abril 23

JORGE* (s. IV). Quizá soldado, quizá campesino (labrador, significa su nombre), sólo parece cierto que fue mártir en Asia Menor. Y que rápidamente conquistó la fama de «gran mártir» primero en Oriente y luego en Occidente. Patrono de Aragón, Cataluña, Génova, Venecia, Portugal, Inglaterra... La bella leyenda le aplicó imágenes del Apocalipsis: luchador contra el dragón (el mal) y liberador de la doncella (el débil). Bien está (23 abril)
* Ver http://www.pastoral-vocacional.org/hojas_vocacionales/167.html
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ADALBERTO (956-977). Hijo de Slavnik, nacido en Lybicza, se llamaba Voitech. Al recibir la confirmación adoptó el nombre del que le confirmaba. Nombrado obispo de Praga, a los 27 años, fracasó rotundamente. Fue a Roma y se hizo benedictino. A los tres años el monje-obispo fue obligado a volver a su patria. Tampoco tuvo éxito al segundo y al tercer intento. En Rusia las cosas le fueron mejor. Hasta que en Tenkitten, entre el río Nogat y el Vístula, triunfó del todo el año 997. Canonizado en 999. Buen patrono para los que viven entre nieblas (23 abril)

MAROLO (+ 423). Sirio, amigo del papa san Inocencio I (401-417), obispo de Milán desde el año 408, al que el poeta Magno Félix Ennodio le dedicó un poema en su honor. Pienso en aquel jueves del diario del Padre Altisent: «”Se reúnen sin conocerse, viven su amarse, mueren sin llorarse”. Quien dijo eso de los religiosos ¿había mirado de cerca alguna vez el mundo de los cuñados, las tías y los primos políticos? ¿Había, siquiera, asomado la nariz dentro de un matrimonio? ¿Sabía la dosis de cortesía cristiana que destila una comunidad a pesar de sus innumerables defectos? ¿Y la dosis de violencia que a pesar de todo, asoma en la vida de familia muchas veces? ¿Y la difícil paciencia que sostiene toda paz familiar? ¿Y los hijos, que tienen que salirles forzosamente forasteros a los padres si el mundo ha de avanzar?» Y sonrío pensando en san Marolo, en san Inocencio y en el diácono de Milán san Ennodio, que también llegó a santo obispo (23 abril)

Abril 24

FIDEL DE SIGMARINGA (1577-1622). Fidel Reyd Rosamberger nació en Sigmaringen. Apreciado jurista, ejerció de abogado. «Abogado de los pobres» le llamaban, porque asumía su defensa gratuitamente. A los 35 años, harto de «las negras leyes», se hizo capuchino. «Este hombre, Fidel de nombre y de hecho, sobresalió en la constante defensa de la fe católica» escribió el papa Benedicto XIV. Enviado a Suiza para contrarrestar la ola devastadora del calvinismo, trataron de acallarle con disparos de fusil durante una predicación. Al salir le hirieron de muerte. Tenía 45 años. Su muerte conmovió incluso a los contendientes más cerrados. Murió diciendo como Esteban: «Señor, no les tomes en cuenta este pecado». Los acontecimientos posteriores demostraron que el sacrificio de Fidel no había sido en vano. Otra vez fueron verdad las palabras de Caifás: «Expedit unum hominem mori pro populo» (24 abril)

MARÍA CLEOFÁS y MARÍA SALOMÉ (s. I). Son dos de las tres Marías, que pasado el sábado, compraron perfumes para ir a embalsamar a Jesús, y muy de madrugada, a la salida del sol, oyeron que un joven, vestido con una túnica blanca, les decía: «Ha resucitado». María de Cleofás, la que estuvo junto a la cruz de Jesús, madre de Santiago el menor. María Salomé, madre de Santiago y Juan. Tan al lado de Jesús en vida, en muerte y en resurrección. ¿Santas? Si la Luz ilumina, si el Fuego quema, si el Santo santifica ¿cómo no? «Tías» de Jesús y marianas con la Madre (24 abril)

GREGORIO DE ELVIRA (+ 398). Santo obispo de Elvira (Iliberis, en la Bética). «Por los años 380 a 385 era el jefe de los luciferianos en occidente». (¡Qué susto! Pese al nombrejo no hay que pensar mal. Lucífero, obispo de Cagliari, fue uno de los pocos que no se doblegaron a la voluntad del emperador Constancio y no dio su adhesión a la condenación de Atanasio, como querían la mayoría de los de Rímini con su fórmula filoarriana). Escribió De fide,-de tema antiarriano, para confutar la fórmula de Rímini-, que apareció en el 360 como anónimo. Por si las moscas. Muerto Constancio, salió con su nombre una segunda redacción en la que respondía a algunas críticas, que lo acusaban de sabelianismo. San Jerónimo habla de algunas homilías de Gregorio, escritas «mediocri sermone, et de fide elegantem librum». Me encanta ver que santos tan santos vivieron envueltos en nieblas doctrinales. ¡Como para que un día no canonicen a Pagola! ¡Tiempo al tiempo! (24 abril)

WIFREDO (633-709). Escocés de raza y de carácter. Su lema «todo o nada». En el conflicto entre la Iglesia local y la Iglesia de Roma se inclina por Roma y dedica todas sus energías, que eran muchas, a favor del primado romano. Nombrado obispo, conoció el exilio repetidas veces. Luchador empedernido, patrono ideal para cristianos timoratos (24 abril)

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