miércoles, 9 de septiembre de 2009 | |

SAntos del 6 al 12 septiembre

ZACARÍAS (s. VI. a. C.). Profeta menor, aunque no tanto. Catorce capítulos, no está mal, comparado con los dos de su colega Ageo. Los que saben, hablan de un segundo Zacarías. Preocupado por la restauración del templo, del templo material, porque los que volvían del destierro necesitaban con urgencia una identidad. Sin olvidar la reconstrucción espiritual, la conversión. Soñaba con la instauración definitiva del reino de Dios. A la zaga de Ezequiel tenía visiones. Y veía en lontananza: «Salta de alegría, Sión, lanza gritos de júbilo, Jerusalén, porque se acerca tu rey, justo y victorioso, humilde y montado en un asno, en un joven borriquillo». Lo de seis siglos después (6 septiembre)

ONESÍFORO (s. I). En la segunda carta a Timoteo (2 Tim 4, 19-22) leemos: “Saludos a Prisca, a Aquila y a la familia de Onesíforo. Erasto se quedó en Corinto, a Trófimo lo dejé enfermo en Mileto. Procura venir antes del invierno. Te saludan Eubulo, Prudente, Lino y Claudia y todos los hermanos. El Señor esté contigo. La gracia esté con vosotros”. El martirologio romano dice que Onesíforo sirvió muchas veces a san Pablo en Éfeso y, sin sentir vergüenza por sus cadenas, llegado a Roma, se interesó solícitamente por su suerte. Los de la raíces aclaran que Onesíforo significa “portador de utilidad”, del griego Nikisphoros, traducido al latín por Onesiphorus. Consuela pensar que en la historia de la Iglesia ha habido y hay muchas familias cristianas que aunque no lleven ese nombre sí han sido y son útiles para que el brillo de la Esperanza no se apague (6 septiembre)

BELTRÁN DE GARRIGUES (+ 1231). «La sombra de Domingo es alargada» suena a título de novela. Pero a su manera resume la vida de Beltrán. Sacerdote de la diócesis de Nimes, desde 1207 a la sombra de Domingo de Guzmán, predicando para hacer callar a los albigenses, que arrasaban en la región de Toulouse. En 1215, con cuatro sacerdotes más, echan las bases de la orden de predicadores. Cuando Domingo regresa de Roma en septiembre de 1217, aprobada la orden por el papa Honorio III, se reúnen en el monasterio de Prulla, que se considera como la verdadera cuna de la fundación. De allí santo Domingo los envía a los centros neurálgicos de la cristiandad. Domingo marcha con Beltrán a París a levantar el primer convento dominicano. Luego le encarga la fundación de Bolonia. «Compañero de Santo Domingo en viajes, en santidad y en fervor» le describía el beato Jordán de Sajonia. Al morir Domingo en 1221 le hacen provincial de Provenza. Murió en Bouchet, hablando de la Verdad a las monjas cistercienses (6 septiembre)

CLODOALDO (524-560). Saint Cloud. Patrono de los fabricantes de clavos, ahora. Antes, hijo de Clodomiro, rey de Orleans, nieto de Clodoveo y Santa Clotilde. El rey de Orleans, Clodomiro, peleó con el rey de Borgoña, Segismundo. Lo derrotó, encarceló y mató. Gondomaro, hermano de Segismundo, -ojo por ojo, diente por diente-, respondió matando a Clodomiro. Huyeron los tres hijos de Clodomiro (Teobaldo, Gunther y Clodoaldo) refugiándose en el palacio real de los abuelos. Pero ni allí estaban seguros, porque el hermano de su padre, su tío Childeberto, rey-de-Orleans-en-funciones, para asegurarse el futuro, trató de eliminar a los sobrinos-herederos. Logró asesinar a los dos mayores. Sólo pudo escapar el pequeño. Cuando Clodoaldo alcanzó la mayoría de edad, según cuenta San Martín de Tours, harto de tanta conspiración y tanta muerte, dijo que, en vez de reinar sobre este valle de lágrimas, prefería servir a un Señor que ni muere ni mata. Y lo dijo en serio. El eremita Severino le fue puliendo el alma, preparándole para ser un buen monje. Viendo que el tío «en funciones» no se fiaba del sobrino, emigró lejos, al Sur, a Provenza. Allí, pronto empezaron a venerar al monje recién llegado, como santo. Le llamaban el príncipe perdonador. Pasado el tiempo, no mucho, porque todo se sabe, Eusebio, el obispo de París, le pidió que volviese, que le ordenaría sacerdote y le haría -hablando en lenguaje curial de hoy- Canónigo Penitenciario. Así fue. Se había ganado la plaza, sin concurso, por méritos propios. Dicen que los que le visitaban salían otro poco más alegres, más en paz (7 septiembre)

GIOVANNI BATTISTA MAZZUCCONI (+ 1855). Papua Nueva Guinea: comprende la porción oriental de la isla de Nueva Guinea, y una serie de islas menores: Nueva Bretaña, Nueva Irlanda y Manus, en el archipiélago Bismarck; Bougainville, Buka, Nissau, que integran la parte norte de las Islas Salomón; los archipiélagos de las Luisíadas y de Entrecasteaux, y las islas de Trobriand y Woodlark. / Woodlark, la última. ¿Allí, tan lejos, a aquella isla perdida, habiendo tanto que hacer en Milán? ¿Un viaje tan largo? Giovanni Battista había leído las palabras de Jesús antes de subir al cielo: «Poneos en camino, haced discípulos a todos los pueblos y bautizadlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo». Allá fue y de allí voló al cielo, dos años después de haber llegado a Woodlark, isla “perdida” y hallada para el evangelio por el mártir Mazzucconi. ¡Hay nombres que no le dejan a uno tranquilo! (7 septiembre)

NATIVIDAD DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA (s. VII). Y memoria del papa San Sergio I, que fue el que introdujo la celebración litúrgica de la fiesta de la Natividad de la hija de san Joaquín y santa Ana. Sí, hoy celebramos con alegría el cumpleaños de la Madre del Sol de justicia, Cristo, nuestro Dios. Bien escribió Lope de Vega: «Canten hoy, pues nacéis vos, los ángeles, gran Señora, y ensáyense, desde ahora, para cuando nazca Dios. / Canten y digan, por vos, que desde hoy tienen Señora, y ensáyense, desde ahora, para cuando venga Dios» (8 septiembre)

CORBINIANO (670-725). Santo «resucitado», por figurar su oso en el escudo del papa Benedicto XVI. Llegado de Arpajon, en los alrededores de París, hacia el año 724 para anunciar el Evangelio en la antigua Baviera, san Corbiniano es venerado como padre espiritual y patrono de la archidiócesis de Freising. «Un oso había despedazado el caballo del santo, que se dirigía a Roma. Corbiniano le reprochó ásperamente por aquella fechoría y, en castigo, le cargó en sus lomos la carga que hasta ese momento había llevado el caballo. El oso tuvo que transportar ese peso hasta Roma y sólo allí el santo lo dejó libre», cuenta el cardenal Ratzinger en su autobiografía. «El oso con la carga, que sustituyó al caballo o, más probablemente, a la mula de San Corbiniano convirtiéndose -contra su voluntad- en su animal de carga, ¿no era y no es una imagen de aquello que debo ser y de lo que soy?» (8 septiembre)



FEDERICO OZANAM (1813–1853) «A la edad de 20 años, con un grupo de amigos, creó las Conferencias de San Vicente de Paúl, cuya finalidad era la ayuda a los más pobres, con un espíritu de servicio y comunión. Muy pronto, esas Conferencias se difundieron fuera de Francia, en todos los países de Europa y del mundo. Yo mismo, cuando era estudiante, antes de la segunda guerra mundial, formé parte de una de ellas. Apóstol de la caridad, esposo y padre de familia ejemplar, gran figura del laicado católico del siglo XIX, fue un universitario que desempeñó un papel importante en el movimiento de las ideas de su tiempo. Estudiante, profesor eminente primero en Lyon y luego en París, en la Sorbona, aspira ante todo a la búsqueda y la comunicación de la verdad, en la serenidad y el respeto a las convicciones de quienes no compartían las suyas» dijo Juan Pablo II el 22 de agosto de 1997 al beatificarle en Notre-Dame de París. Antes, en su Catequesis del 13 de septiembre de 1978, Juan Pablo I contó lo siguiente: «El siglo pasado había en Francia un profesor insigne, Federico Ozanam; enseñaba en la Sorbona, era elocuente, estupendo. Tenía un amigo, Lacordaire, que solía decir: "¡Este hombre es tan estupendo y tan bueno que se hará sacerdote y llegará a ser todo un obispo!". Pero no. Encontró a una señorita excelente y se casaron. A Lacordaire no le sentó bien y dijo: "¡Pobre Ozanam! ¡También él ha caído en la trampa!". Dos años después, Lacordaire vino a Roma y fue recibido por Pío IX; "Venga, venga, padre, le dijo, yo siempre había oído decir que Jesús instituyó siete sacramentos: ahora viene usted, me revuelve las cartas en la mesa, y me dice que ha instituido seis sacramentos y una trampa. No, padre, el matrimonio no es una trampa, ¡es un gran sacramento!"» (8 septiembre)

PEDRO CLAVER (1581-1654). En un papel ordinario, basto, con letra un poco inclinada a la derecha, escribió el 3 de abril de 1622: «Petrus Claver aethioporum semper servus» (P.C. esclavo para siempre de los negros). Cuando el Hermano Nicolás le preguntó, antes de morir, cuántos esclavos negros creía haber bautizado, le contestó: «Según mis cuentas más de 300.000». A nivel del mar, en Cartagena de Indias, veneran con pasión a quien nació a 434 m. de altura, en Verdú, no lejos de Cervera (9 septiembre)

SANTA MARÍA DE LA CABEZA (+ 1175). No porque ese fuera su apellido, sino «porque su cabeza es sacada en procesión en rogativas, cuando pasan muchos meses sin llover». En realidad se llamaba María Toribia. Nacida en Torrejón, se casó con Isidro el buen labrador. Y «a su sombra se santificó» (cuidado con la frase, gramaticalmente cabe entenderla: a) a la sombra de él se santificó ella; b) a la sombra de ella se santificó él). Dejémoslo: «se santificaron», en dual, como debe ser. Mujer discreta -él también lo fue, en vida- sonrió feliz cuando en el año1622 el papa Gregorio XV canonizó a Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier, San Felipe Neri, y a su Isidro (olvidando que si los cuatro primeros eran célibes, el quinto estaba casado). El 15 de mayo al recordar festivamente al marido conviene no olvidar que la que preparaba la comida era ella (9 septiembre)

CIARANO (516–556). Desde que fue a Irlanda volvió intratable. Me acusaba de ignorante. Y cada 9 de septiembre me llama para recitarme la letanía [Aidano, Alto, Beano, Brendán, Cartago, Cataldo, Ciarano, Colmán, Colmano, Columba, Columbano, Comgall, Dympna, Fiacrio, Finiano, Flananio, Fredegando, Fridolino, Frigidiano, Gibriano, Gobano, Kevin, Landelino, Maccartemio, Maelrubo, Mainbodo, Malaquías, Mel Ruain, Quiliano, Ronan] de los santos irlandeses, subrayando a su predilecto, san Ciarano el joven, fundador de Clonmacnoise, a orillas del río Shanon, en Hibernia, uno de los «12 apóstoles de Irlanda». Parece que es verdad: Clonmacnoise, el cielo en la tierra. A donde tendría que ir tanto impión, que seguro aprendería a creer (9 septiembre)

FRANCISCO GÁRATE (1857-1929). El Padre Arrupe dijo que la vida del Hermano Gárate en Deusto había sido la mejor lección impartida por la Universidad. 41 largos años en la portería, con sólo 3 salidas: tres días en Loyola (1921) para las fiestas centenarias de su ilustre paisano San Ignacio; un día en Orduña (1927) para las bodas de oro de su hermano Ignacio; y trece horas en la enfermería del 8 al 9 de septiembre de 1929. Ni puentes ni vacaciones. “Hermano Finuras” le llamaban los alumnos. Ellos no sabían que a veces rezaba:
“¿Me llamas, Señor?Yo era como un «perrito» que husmea tras el olor de la comida...Y adelanta, sin saber hacia dónde.Yo... no sabía nada de Ti: sólo lo imprescindible para buscarte...¡Al fin llegaría a conocerte mejor!Te había escogido sólo a Ti...Me parece que no hubiera podido hacer otra cosa.Continuamente me iba diciendo: «¿A quién iré? ¿A quién iré?»
Quería demostrarte que te quiero.¡Sin necesidad de romperme la cabeza con actos llamativos!Todos mis conocimientos de buen obrero, los ponía al servicio de Tu Casa.Demostraría que es una buena casa, una buena casa poco conocida...Entonces, Tú me tomaste por la palabra y me pusiste a prueba.Durante mucho tiempo tuve la impresión de que te habías ido.Nunca escaseaba el trabajo, pero no eras Tú el que me lo señalaba...Te llamaba para ofrecerte los frutos, pero Tú no aparecías...Me había convertido en un criado sin pagay el nombre de la firma había cambiado:Tú no figurabas nunca, o casi nunca.¿Durante cuánto tiempo me has dejado sólo en el tajo?Pero me diste fuerza para continuar en la oscuridad.Te gustaba ir descubriendo la medida de mi fidelidady me infundías el deseo de estar siempre allí,hasta el día en que Tú abrirías la puerta...
Pensaba para mis adentros:«¿He venido por mi gusto?¿Me ha contratado Él para dirigir sus oficinas?¿Valía la pena haber venido si precisaba de un contacto inmediato?Si es Su gloria lo que quiero, si creo en Su amor,¿voy a necesitar un recibo después de cada servicio?».Cuanto más ahondaba en mi silencio, más seguro me sentía de Ti...Cuanto menos me encuentro a mí mismo más te descubro a Ti...Yo nunca he predicado, pero quien tenga ojospuede ver que Tu Casa, Señor, ha sido el gozo de mi vida...De este lazo de la Puerta va acrecentándose el Deseo,del otro ya Tú me abres los brazos.Amén” (10 septiembre)

PEDRO MARTÍNEZ (+ 1000). Gallego de los buenos. San Pedro de Mezonzo le llaman también, por la abadía de Santa María de Mezonzo donde vivió bastantes años. Para terminar siendo obispo de Santiago de Compostela. Fue uno de los héroes de la reconquista. Y algo mucho más emotivo: a él se atribuye la incomparable oración a la Madre de misericordia, vida y dulzura, esperanza nuestra, la Salve Regina (10 septiembre)

AMBROSIO EDUARDO BARLOW (+ 1641). A muchos el apellido Barlow les recuerda aquel profesor novato que escribió: «Somos lo que somos por los encuentros que hemos tenido. Influimos en los otros con frecuencia sin darnos cuenta. Nadie tiene por qué despreciarse a sí mismo: quizá sea como una aurora para un pobre niño o para su perro, cuando menos. Nada se pierde en el universo. Todo es vida. Los fracasos, los sufrimientos, las desesperanzas abren un surco con la impronta del amor, cuya virtualidad aparentemente queda infecunda. Imposible imaginar que una llamada no despierte a nadie, no encuentre eco alguno. A veces la respuesta germina lentamente y florece, Dios sabe cómo, en otras orillas, en otros tiempos». Seguro que A. E. Barlow (bautizado católico, afinado el oído en ambiente protestante, sacerdote tras años de estudio en Valladolid -como tantos sacerdotes católicos ingleses-, monje de la abadía benedictina de Celanova, enviado a decir misa en su tierra de Lancashire durante 24 años...) firmaría con buena letra las palabras del homónimo francés. Le metieron en la cárcel cinco veces por ser sacerdote católico. A la quinta, fue la vencida, era el día de Pascua de 1641, la definitiva para ir a cantar el Alleluia al cielo (10 septiembre)

EL CIPRÉS DE SILOS (Gerardo Diego)

Enhiesto surtidor de sombra y sueño que acongojas el cielo con tu lanza. Chorro que a las estrellas casi alcanza devanado a sí mismo en loco empeño.

Mástil de soledad, prodigio isleño, flecha de fe, saeta de esperanza. Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza, peregrina al azar, mi alma sin dueño.

Cuando te vi señero, dulce, firme, qué ansiedades sentí de diluirme y ascender como tú, vuelto en cristales,

como tú, negra torre de arduos filos, ejemplo de delirios verticales, mudo ciprés en el fervor de Silos.


DOMINGO DE SILOS (1000-1073). «Natural fue de Cannas, non de bassa natura, sin nulla depresura» (Berceo). Prior en San Millán de la Cogolla, Fernando I de Castilla lo acogió en su reino encargándole la reforma del antiguo monasterio de San Sebastián, hoy monasterio de Silos, en cuyo claustro se levanta un ciprés que verticaliza mirando al cielo (11 septiembre)

A UN CIPRÉS DE MI JARDÍN, HIJO DEL CIPRÉS DE SILOS

Joven ciprés, ligero y caprichoso,
que en maceta viniste aureolado,
y algo más de la cuenta contemplado,
por hijo de papá noble y famoso.

Tu primer estirón seguí curioso,
y te vi rumbear desorientado:
más que en flecha o en chorrito devanado,
crecías lateral y perezoso.

Lo horizontal, por fácil te atraía.
Tu empeño, a las estrellas, prefería
mariposas, gorjeos y colores.

Pero vuelves en ti, y verticalizas.
Ahora asciendes flechado y eternizas,
llevándolos contigo, tus amores.
Antolín Iglesias

PAFNUCIO EL GRANDE (+ 360). Egipcio, en la persecución de Galerio Máximo le vaciaron un ojo y le dejaron cojo. Vivió como monje a la vera de San Antonio desde el año 311, hasta que le hicieron obispo. Tomó parte en el concilio de Nicea. Numerosos padres conciliares pretendieron imponer que los presbíteros y diáconos casados dejaran a sus esposas para ejercer el ministerio. El hombre que venía del más duro rigor del desierto y podía exhibir en su cuerpo la marca de la persecución se opuso a tal determinación haciendo que se fuera respetuoso con la disciplina de la época: autorizar el ejercicio del Orden Sacerdotal a los ya casados y no permitir casarse después de la Ordenación (11 septiembre)

PACIENTE (+ 480). Siempre me ha llamado la atención que haya tantísimos santos llamados «Félix» y tan pocos llamados «Paciente». Sólo dos en el martirologio (San Paciente, obispo de Metz, 8 de enero; y San Paciente de Lyon). Karl Rahner escribió: «Me resulta antipático ese clamor por la “felicidad” como si en este mundo hubiera otra “felicidad” que la de la paciencia sosegada». Yo me encomiendo a San Paciente de Lyon, desde que le conocí a través de lo bien que hablaba de él su coetáneo San Sidonio Apolinar, y no digo que soy feliz, porque decirlo hoy es de psiquiatra. San Paciente de Lyon, que era como un José de Egipto repartiendo trigo. Quisiera repartir paz hoy, que es buen trigo (11 septiembre)

DULCE NOMBRE DE MARÍA. «Sanctissimi Nominis beatae Virginis Mariae, qua die ineffabilis dilectio Dei Genitricis erga Prolem santissimam revocatur et ante fidelium oculos proponitur figura Matris Redemptoris pie invocanda». Eso dice el Martirologium romanum a propósito del primer santo del 12 de septiembre. 10 al que lo entienda. Pienso que Nuestra Señora está contenta. A quién le amarga un... 10. A todos nos gusta que se vea reconocido nuestro trabajo. Nuestra Señora sabe latín. Tuvo que aprender en el cielo primero griego (para entender bien lo que decidieron los de Éfeso, que hablaban y rezaban en griego). Y, luego, latín. Han sido tantos siglos oyendo cómo le decían sus hijos mil y millones de veces: Ora pro nobis... Sub tuum praesidium confugimus, Sancta Dei Genetrix. Nostras deprecationes ne despicias in necessitatibus nostris, sed a periculis cunctis libera nos semper, Virgo gloriosa et benedicta. Incluso sonríe complacida por el acierto del adjetivo que le hemos añadido a su nombre para la fiesta de hoy: dulce. Dulce nombre de María. ¡Es que lo es! Inútil investigar quién lo inventó. Seguro que san José, por la manera de llamarla «María» tan dulcemente (12 septiembre)

GUIDO DE ANDERLECHT (+ 1012). «El pobre de Anderlecht». Nació en Bravante. Fue sacristán de la iglesia de Nuestra Señora de Laken. Un buen día se animó y sin coger nada, porque nada tenía, emprendió una peregrinación que le llevó a Tierra Santa. Al volver, como necesitaba poco y lo poco que necesitaba lo necesitaba poco, le acogieron en un hospital que cae al lado de Bruselas. Y allí murió rico en aquellas sublimes virtudes que a nadie dan nada que hablar (12 septiembre)
J.S.V.

0 comentarios: